Muy buenas noches, familia de Dos Rombos. Ya a mitad de bloque, hemos visto que, poco a poco, ese modelo macho-wan se va diluyendo en una sociedad cada vez más concienciada de que tenemos que partir hacia posiciones igualitarias. Sin duda, una sociedad cada vez más concienciada gracias a los movimientos feministas de los últimos siglos, y a la lucha de muchísimas mujeres invisibilizadas que han levantado una voz que ni siquiera se les permitía tener para decir basta. Para decir que ninguna persona puede ser minusvalorada ni maltratada dependiendo de su condición sexual o género.
Y también hay que reconocer que partir hacia posiciones socialmente justas es una labor de todas y todos, porque, como hablamos en el primer programa de este bloque con el sexólogo Borja Rodríguez, a todas las personas nos beneficia que los hombres pierdan la cuota de poder que el sistema heteropatriarcal ha asignado. Que nosotros también tenemos derecho a llorar, a ser débiles y cobardes; que tenemos derecho a mostrar nuestros sentimientos y a no llevar la iniciativa. Y aquí es donde entran en juego las nuevas masculinidades, que no son más que aquellas personas que se sienten hombres y que no por ello tienen que asimilar el rol de donjuan o machito ibérico en la sociedad.
En estos programas anteriores hemos hablado de problemas físicos muy concretos que pueden tener los hombres, y hoy hablamos de esos problemas, aún más importantes, que nos azotan cada día. Porque tenemos que luchar para que, en Google, cuando introducimos la palabra “hombre”, no aparezca inmediatamente, en sugerencias, la palabra erección. Porque somos más que eso, porque no podemos reducirnos únicamente a cuestiones sexuales, que están muy bien, no decimos que no, pero que no es lo primordial. Por ello, hoy en Dos Rombos hablaremos de cómo vivir nuestras emociones, cómo evitar la represión emocional y como aplicar la inteligencia emocional. Bienvenidas y bienvenidos a Dos Rombos. Comenzamos.
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