Si yo, Aguirre, quiero que caigan muertos los pájaros de los árboles…
…los pájaros caen muertos de los árboles.
¡Yo soy la cólera de Dios!
La tierra que piso, me ve y tiembla.
El que nos siga a mí y al río, obtendrá grandes riquezas.
Pero el que deserte…
Las palabras del diabólico Aguirre se hacen aún más malignas si las pronuncia un Klaus Kinski delirante, de ojos desencajados, boca quebrada, movimientos espasmódicos. Aguirre es Kinski, Kinski es Aguirre, un vasco rubio, un exaltado, un megalómano sediento de sangre y oro. Su locura le llevará a creerse un Dios inhumano y traidor. Aguirre proyecta casarse con su hija y crear una nueva raza en la jungla peruana. Un alucinado Atila con casco herrumboso sueña con oro y riquezas, aunque para conseguirlas tenga que ejecutar a los expedicionarios uno por uno. Río arriba en una balsa hecha de maderos, las flechas indias no son el único peligro. El encorvado Lope de Aguirre mira desquiciado a un indio tocando la flauta andina. Sonidos de pájaros, gritos de monos, silencios, lluvias tropicales y una banda sonora enigmática compuesta por el grupo alemán Popol Vuh confieren a la película una atmósfera inigualable.
Una caravana surca los desfiladeros de la cordillera andina, surgen de las nubes como fantasmas de otro tiempo. El drama de unos seres estupefactos, una procesión de carruajes, cascos, yelmos, indios, llamas, animales de granja. Herzog tiene la virtud de hacernos intuir el frío, el fango, las fiebres, el dolor que tuvieron que sentir esas gentes en un entorno hostil. El guión adolece de rigor histórico, a Gonzalo Pizarro, hermano menor de Francisco, lo vemos al inicio liderando la expedición y eligiendo a los hombres que van a continuar, cuando en la realidad había sido ejecutado varios años antes. A Herzog no le importa el dato, con su estilo documental evoca las sensaciones más primarias, el miedo, la belleza de una mariposa, la maldad de un loco, la ponzoña del oro, el misterio más insondable, el enigma escrito en las aguas turbias de la Amazonia.
Raúl Gallego
Esta noche en Radiópolis agotamos los víveres y nos obstinamos en la búsqueda de El Dorado...
José Miguel Moreno modera, Gervi Navío, Raúl Gallego, Federico Rodríguez y nuestro crítico de cine César Bardés desde Madrid.
Comentarios
El estilo de Werner Herzog no es fácil de asimilar, un director muy particular y su cine avanza a un ritmo cambiante, un ejemplo es este Aguirre o Fitzcarraldo, la epopeya de aquel tipo que quiso construir un teatro en la selva amazónica. Celebramos nos escuches, Alfonso. Salud y cine.
Vi la película ayer por primera vez y me ha defraudado un poco. Conozco bastante el personaje ya que me gusta la historia, pero la película es solo un esbozo de la expedición. Si que le atribuyo un realismo alto como si no estuviéramos viendo un film y que nosotros fuéramos otro expedicionario y que es testigo de los hechos. Pero aparte de lo mencionado no hay más y le doy 6. Me da rabia tengo que ser consecuente con mi opinión y no es porque sea lenta, porque hay historia que necesitan un determinado ritmo, es porque faltan elementos en la trama y a veces aburre y una película, libro o cómic aunque esté muy bien filmado, interpretado o escrito si es aburrido no está bien hecho. Por cierto, poco a poco os estoy escuchando, voy seleccionando mis películas según vuestros programas. Alfonso Sánchez.
A ti querido quinto jinete por pedirla, nos pusimos el yelmo y la armadura y nos protegimos de los mosquitos, la lluvia tropical y sobretodo de Aguirre el traidor como pudimos, te veo puesto Víctor, se nota que eres licenciado en Historia, un abrazo.
Expedición de los marañones de don Pedro de Ursúa. Voy a escucharlo esta noche, Raúl. Ví la película hace años, la recuerdo cómo buena. Saludos.
La cólera de Dios...ha oido mis plegarias!!! Gracias por este regalo caído del cielo... como los pájaros!!!