Hola,
Igual vas hacia tu trabajo o estás empezando tus tareas. Estés en este momento donde estés, escuchando este podcast, agradezco tu confianza, y es mi deseo que te sea útil.
No se si conoces a Facundo Cabral, cantautor que llegó a ser un iluminado y que nos dejó textos y canciones llenos de sabiduría.
Cuando lo descubrí me llevé meses escuchándolo a diario, bueno más bien fueron años. Cada vez que lo escuchaba me sintonizaba, me conectaba con algo muy profundo y me resucitaba la energía de gratitud.
Hoy me he reencontrado de nuevo con este hombre tan alucinante. Os invito a que indaguéis en su historia de vida. Podrían hacer una película o una serie con él.
Facundo Cabral nació el 22 de mayo de 1937 en La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Tuvo una infancia muy dura y desprotegida, convirtiéndose en un marginal al punto de ser encerrado en un reformatorio.
En el año 1946, con solo 9 años, se escapó de su casa por cuatro meses, con el objetivo de llegar a Buenos Aires para conocer a Juan Domingo Perón, presidente de esa época en Argentina, ya que había escuchado que el gobernante les daba trabajo a los pobres.
Logró traspasar los anillos de seguridad, hasta llegar a dialogar con el presidente, a quien le pidió trabajo. Tiempo después, el Presidente le dio trabajo a su madre.
Debido a que era considerado un cantautor protestante, en el año 1976 tuvo que salir de Argentina, debido a la dictadura que ocurrió entre 1976 y 1983. Mientras permaneció fuera de su tierra, vivió en México, donde siguió componiendo y realizando presentaciones en más de 100 países.
Mudo hasta los 9 años, analfabeto hasta los 14, enviudó trágicamente a los 40 y conoció a su padre a los 46 (éste abandono a su madre, en alguna entrevista le escuché decir, que el día antes de que él naciera).
Algunos de sus hermanos murieron de hambre y de frío.
A los 9 años era alcohólico, estaba muy enfadado con la vida, y con 14 años en la cárcel conoció a un jesuita que le enseño a leer y escribir y una nueva mirada de la vida que le cambió por completo.
Aprendió a tocar la guitarra, a componer y acabó viajando por todo el mundo difundiendo su canto y sus enseñanzas, al punto de que como reconocimiento a su continúo llamado a la paz y al amor, en el 96 la UNESCO lo declaró “Mensajero Mundial de la Paz”.
Era muy hábil reuniendo en un mismo discurso crítica social, humor y despertar de las conciencias.
El 9 de julio de 2011, Facundo Cabral fue asesinado en Ciudad de Guatemala, víctima de un atentado dirigido al empresario Henry Fariña, que acompañaba al cantante y su representante al aeropuerto.
Casi me aprendí de memoria algunos de sus escritos, que él mismo recita, con una voz rotunda, serena, melodiosa, con un acento argentino tan dulce y cercano.
No puedo evitar derretirme ante este hombre que me aportó y sigue aportando tanto.
Y he decidido agarrar algunas de sus frases, las que más me resuenan, como punto de partida de comentarios y ayuda para recolectar con lo importante, con lo valioso.
A mí me ayuda a rescatar el oro de la paja, a no perderme en esas marañas que nos arrastran a viejos patrones de mirada de la vida y de cada circunstancia.
Por ejemplo él decía:
“Lo que llamas problemas son lecciones. De la cuna a la tumba es una escuela. La vida es dinámica, por eso está en constante movimiento, por eso sólo debes estar atento al presente, porque a cada día le basta con su propio afán ”.
Y es que estamos más en el pasado y en el futuro que en el presente.
Y nos parece que es lo normal, lo lógico. Solo porque es lo que más conocemos, es nuestra forma de estar en la vida, todos lo hacemos y por eso parece que es lo que hay que hacer pero no es así.
Es solo una forma de estar y ver la vida. Pero hay más y son más interesantes.
Porque solo existe el presente.
El pasado y el futuro son solo estructuras mentales, estados mentales que son prácticos.
Si yo quiero ir a Mexico pues puedo ayudarme a organizarme porque si quiero ir con una amiga pues proyectamos nuestros deseos y como queremos hacerlo juntas, necesitamos planificar qué días queremos ir para coincidir y comprar el mismo vuelo, qué lugares queremos visitar, etc
Claro, proyectarse al futuro sirve para planificar, para coincidir, para crearlo como deseo… es muy práctico en cuestiones concretas.
Y si alguien me pide datos de mi pasado: en qué fecha nací, qué hice mis últimas vacaciones, pues acudo a esos recuerdos, que por cierto ya nada de eso existe, solo es información en mi cabeza.
Además es distorsionada pero de eso ya hablaremos en otro artículo.
Rescato pues de mis memorias esos datos para algo concreto, práctico.
El problema es que estamos todo el tiempo atrás o adelante, con la mente o en el pasado o anticipándonos y estando en el futuro, y no estamos aquí y ahora donde la vida sucede. Lo único que es real.
Si tienes esa tendencia es porque pusiste mucha emoción en tus vivencias o porque te has acostumbrado a vivir la vida desde esos patrones.
Yo soy muy rigurosa con esos pensamientos y en cuanto los detecto los cancelo.
Porque veo lo perjudicial de vivir así. La de complejidad, confusión y mal rollo que conllevan.
Te pierdes la vida que está aquí y ahora.
Así que cuando me veo ahí, con pensamientos de lo que ya ha pasado, sea de hace años o sea de antes de ayer, hago una de dos:
- O cancelo ese pensar y retomo mi momento presente
- o si no lo consigo porque estoy intensa por algo y vuelvo y vuelvo a ellos, entonces me hago tapping para desenlazar las emociones que conllevan esos pensamientos y que me arrastran a ellos una y otra vez.
Hago EFT por ejemplo así:
“aunque tengo en mi cabeza las palabras tan feas que dijo tal persona contra mí y eso me duele intensamente, me acepto profunda y completamente.
Y ahí arranco unas rondas de EFT, un tapping contínuo, con todo lo que surge de ese inicio hasta que siento la liberación.
Entonces ya puedo desde mi voluntad colocar mi mente aquí y ahora.
Y si acaso añado lo que deseo.
Por ejemplo, al terminar el tapping me digo:
“Elijo sentirme muy en paz con esta persona y que incluso me alegre de lo que ocurrió porque me está ayudando a liberar enfados y angustias, que eran mías y estaban en mí antes siquiera de conocer a esta persona. Doy las gracias y elijo seguir aprendiendo y sentirme cada momento más en paz y feliz”
Con el deseo de que te sirva, con mucho cariño
Ana Espiga
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