¿Habéis observado el sol cuando se pone en el horizonte del mar? Sí, sin duda alguna
¿Lo habéis seguido hasta que la parte superior del disco desaparece rozando la línea del horizonte?. En el preciso instante en que el astro radiante lanza su último rayo. No será, como podría presumirse, un rayo rojo lo que herirá la retina de vuestros ojos, sino que será un rayo verde, pero un verde maravilloso, un verde que ningún pintor puede obtener en su paleta. Si existe el verde en el Paraíso, no puede ser más que este verde, que es sin duda, el verdadero verde de la Esperanza".
Julio Verne
Dolphine y sus planes veraniegos rotos. Ha roto con su pareja y su amiga la deja plantada a poco tiempo del viaje. La joven parisina nos lleva de la mano en su paseo estival, una epifanía de soledades y desencuentros en la monotonía y la fugacidad de un verano. La protagonista, interpretada con brillantez por Marie Rivière, no parece encontrarse a gusto en ningún lugar, ni en los Alpes, ni en Cherburgo, ni en las playas abarrotadas de bañistas, ni en el caluroso París de julio. La mujer abatida busca un destello que la guíe, encuentra cartas que le dicen cosas, confía sin mucha seguridad en el azar. Ella no tiene nada que ofrecer, le dice a la chica sueca, recién conocida, no busca subterfugios, sólo quiere encontrar una señal.
Éric Rohmer, director de mirada serena, acerca la cámara con calma, sin subrayados ni énfasis, muestra mediante conversaciones y diálogos. Hasta que llega el rayo verde, la magia del momento, la esperanza de los versos de Rimbaud, ya llegará el tiempo en que los corazones prendan. El encuentro inesperado de dos almas sedientas en una estación de tren, ella lee El idiota de Dostoievski, la virtud de Lev Mishkin reflejada en dos miradas, el tránsito de los días, las tres notas de un violín y la armonía del amor.
Hay algo verdadero en el artificio de Rohmer, la fotografía granulosa, el realismo, lo diáfano de su prosa fílmica, la austeridad del encuadre, los diálogos aparentemente improvisados, la ausencias de una muchacha que camina triste por el campo y rompe a llorar mientras el viento mueve las ramas con más fuerza. Rohmer amaba tanto a las mujeres como Truffaut, quería captar la presencia de la naturaleza como Rossellini o Murnau, y sus mágicas actrices recuerdan a las de Philip Garrel, en sus contradicciones, sus turbulencias y sus gestos.
Raúl Gallego
Esta noche esperamos que no se nuble el día para poder contemplar el rayo verde...
José Miguel Moreno, Zacarías Cotán y Raúl Gallego.
Comentarios
El cine de Rohmer hay que revisarlo siempre, pura poesía en imágenes, gracias por la reflexión y por escucharnos
Buenas, yo creo que el cine, como todo, se ve mejor sin condicionamientos culturales y... me sorprende que, entre tanto análisis académico y referencias al cine clásico, no hayais contemplado lo que para mi es la mas clara de las interpretaciones de esta película... no la he leido porque yo no leo sobre cine ni sobre muchas cosas que quiero descubrir o no descubrir por mi mismo: no es un final feliz, como mucho es un final ambiguo pero... todos vemos, cuando aparece, a ese chico de la estación como uno mas de los que salen en la película: como un sinverguenza, como un animal de rapiña... como esos que atraviesan fugazmente con la moto interrumpiendo la conversación íntima en esa terraza de Paris, como los que bromean con el vegetarianismo, como el musculitos, los carroñeros graciosos que acaban con la sueca... a todos nos causa esa impresión la cara y la actitud del hombre de la estación, Rohmer así lo quería, y todos tenemos la duda de que si ese es el ideal seductor de la nouvelle vague, serio pero existencial, cool... esas poses tan de anuncio de perfume francés... y dudamos de si es un capricho moderno pero lo cierto es que su cara, actitud, miradas... son claras y por si quedan dudas nada mas claro que cuando lleva su mano al cuello de la chica... de una manera que a nadie se le puede escapar, en el momento del "amor"... ese es el plano de la película; el mensaje está muy claro, la chica venía de una (otra) relación fallida y tras ese vacío y confusión acaba tentada por su vacilante emocionalidad; acaba viendo mensajes mágicos cuando antes solo los veían sus amigas y ella se mantenía escéptica, porque ciertamente es una chica especial, y mucho mas que una chica de simple emocionalidad... pero es cándida y el mundo es cruel... y así es el final: tan cruel como realista, y todas las referencias culturales son superfluas (si no ayudan a verlo)