Si hay un concepto clásico en nuestros deseos es, sin duda, la idea de alcanzar la felicidad. Todos queremos ser felices, tener una vida feliz y esas cosas, pero a la hora de la verdad no somos capaces de definir qué entendemos por felicidad. Por lo general cometemos varios “fallos” en el intento de definición. Por una parte la vemos como algo que está fuera del momento presente y por otra parte vemos la felicidad como un logro a conseguir. Decimos y pensamos cosas como “seré feliz cuando... ” y ese cuando está en un futuro que nunca llega y encierra una condición que no se produce. Vemos la felicidad como un objetivo, una meta a alcanzar, algo que debe ser logrado por esfuerzo de conseguir el objetivo que pensamos que es lo que nos hará felices. Pero ocurre que cuando, en el mejor de los casos, somos capaces de conseguir lo que pensábamos nos iba a reportar felicidad vemos que ello no es así y volvemos a centrarnos en un momento futuro en que esperamos alcanzar ese estado de dicha. La felicidad huye de nosotros.
Pues bien, no es así. La felicidad no es algo a lograr, no es la realización de un anhelo ni material ni espiritual, no es una proyección en el tiempo, no es algo por lo que se haya que luchar con esfuerzo, no es nada de eso. La felicidad es un estado interior, es un estado de conciencia.
No se es feliz por tener esto o aquello, ni por ser más rico, más famoso, más listo, ni siquiera más amado, se es feliz cuando nos damos cuenta que podemos ser felices en la realidad en que vivimos.
La felicidad es un estado interior independiente de las circunstancias externas.
“El hombre más feliz es el que cree serlo” esta frase es de Commerson quien vivió hace mas de 200 años.
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La vida es un regalo, una posibilidad para que nuestra Alma recoja experiencias. Por supuesto que ello se produce tanto si vivimos una vida feliz como si no lo hacemos, pero eso es una elección nuestra y sólo nuestra, algo que está a nuestro alcance, algo que depende de nosotros, pues repito: la felicidad es una experiencia interior a lograr. De manera que, como dijo Abraham Lincoln
“Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo”.
Juan Pedro
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Comentarios
Dios es un Ser Bueno y ha hecho a los seres humanos para que seamos buenas personas y seamos felices. Ambas cosas están relacionadas. En la medida en que aprendo a ser una buena persona aprendo a ser feliz. Esto hay que vivirlo momento a momento, aquí y ahora.
Muchísimas gracias por tus publicaciones y por este canal.
Namaste! .....México
Todas tus reflexiones son maravillosas y nos aplican total a cada uno de quienes los escuchamos. Me han ayudado inmensamente. Gracias
Excelente audio. Viene bien recordar estas reflexiones, son muy útiles. Gracias por estar aquí y por lo que nos aportas. Un abrazo Jessica.
Hermosas reflexiones, Dios te bendiga
BUENO FELICIDADES¡¡