Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Revelador el mensaje de este audio. Gracias Alvaro
Gracias Álvaro
Puede que el ejercicio que indicas, como bien lo aclaras, es con nuestra propia muerte. me lo he planteado y creo que no temo a la muerte pero si al sufrimiento o la agonía. Desconocemos cómo moriremos. Ahora todo cambia cuando se trata de la muerte de nuestros seres queridos. ¿por qué?
¿Y si diariamente nos sometieramos a la muerte de nuestro personaje? el miedo a ver nuestra mascara tirada en una cuneta y defenestrada parece ser lo que muchas veces no nos deja dormir. Quiza si más a menudo fuéramos invitados al entierro de nuestro ego, nuestra muerte tendría otro sentido
Magnífico audio y reflexión Álvaro. La vida y la muerte son dos caras de la misma moneda :) Tener presente a la muerte es liberador, desde luego... Igual que saber de nuestra pequeñez en el cosmos.Nos pone en perspectiva y nos aleja de lo superficial e irrelevante :) Gracias otra vez hermano Álvaro!!!
Muy buena reflexión, Álvaro. Es incómodo pensar en la muerte, tendemos a evitarlo y llenar el tiempo y la cabeza con cosas y personas que restan en vez de sumar. A mí me está ayudando a ver la muerte de otra manera el "Libro Tibetano de la vida y la muerte". Desde que lo empecé, pienso constantemente que no voy a vivir para siempre y eso me ayuda a hacer cada día algo que disfrute y algo que me acerque a mi propósito. Obviamente, puede que haya días con más obligaciones y tal, pero por lo menos ahora voy al mando de mi vida :) Mil gracias por el podcast y tu trabajo :D ¡Un abrazo desde Alicante!
Pensar en la muerte para aprender a vivir. Sencillamente precioso. Gracias por la reflexion