La alegría de ser
Para darte cuenta de que has sido dominado por el tiempo psicológico, puedes usar un criterio sencillo. Pregúntate a ti mismo: “¿Hay alegría, facilidad y liviandad en lo que hago?”. Si no las hay, entonces ‘el tiempo’ está ocultando el momento presente, y la vida se percibe como una carga o un esfuerzo.
Si no hay alegría, facilidad o liviandad en lo que haces, no significa necesariamente que debas cambiar ‘lo que haces’. Puede ser suficiente cambiar el cómo. “Cómo” es siempre más importante que “qué”. Ve si puedes darle más atención al proceso de hacer que al resultado de lo que quieres lograr con ello. Presta tu atención más plena a cualquier cosa que presente el momento. Eso implica que aceptas también lo que es, porque no puedes prestar completa atención a algo y al mismo tiempo resistirte a ello.
En cuanto honres el momento presente, toda la infelicidad y el esfuerzo se disuelven y la vida empieza a fluir con alegría y facilidad. Cuando actúas desde la conciencia del momento presente, cualquier cosa que hagas queda imbuida en un sentido de calidad, cuidado y amor, incluso la acción más sencilla.
Así que no te preocupes por el fruto de tus acciones, simplemente presta atención a la acción en sí misma. El fruto vendrá por añadidura. Esa es la poderosa práctica espiritual.
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Cuando tu sentido más profundo de ti mismo deriva de Ser, cuando tú estás libre de “llegar a ser” como una necesidad psicológica, ni tu felicidad ni tu sentido de ti mismo dependen del resultado, así pues hay libertad del miedo. No buscas la permanencia donde no puedes encontrarte: en el mundo de la forma, de la pérdida y la ganancia, del nacimiento y la muerte. Tú no pides que las situaciones, las condiciones, los lugares o las personas te hagan feliz, y luego sufres cuando no cubren tus expectativas.
Se valora todo, pero nada importa. Las formas nacen y mueren, y sin embargo, tú estás consciente de lo eterno que hay bajo las formas. Tú sabes que “nada real puede ser amenazado”.
Cuando este es tu estado de Ser ¿Cómo puedes no triunfar? Tú ya has triunfado.
Del libro: “El poder del Ahora”, de E. Tolle.
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Gracias Jessica