La aventura del detective agonizante (Sherlock), Audiolibro de Arthur Conan Doyle

El desván de los cuentos perdidos relatos de misterio y terror por ander bilbao sola la aventura del detective agonizante de arthur conan doyle la señora jackson la patrona de serlo holmes tenía una larga experiencia de sufrimiento no sólo encontraba invadido su primer piso a todas horas por bandadas de personajes extraños y a menudo indeseables es sino que su notable huésped mostraba una excentricidad y una irregularidad de vida que sin duda debía poner duramente aprueba su paciencia su increíble desorden su afición a la música ahora se extrañas su ocasional entretenimiento con el revólver en la habitación sus descabellado y a menudo malolientes experimentos científicos y la atmósfera de violencia y peligro que envolvía hacían de él el peor inquilino de londres en cambio su pago era príncipes con no me cabe duda de que podría haber comprado la casa por el precio que holmes pago por sus habitaciones en los años que estuve con el la patrona sentía el más profundo respeto hacia él y nunca se atrevía a llevarle al orden por molestas que le parecieran sus costumbres además le tenía cariño pues era un hombre de notable amabilidad y cortesía en su trato con las mujeres las detestaba y desconfiaba de ellas pero era siempre un adversario caballeros o sabiendo que auténtica era su consideración hacia holmes escuche atentamente el relato que ella me hizo cuando vino a mi casa el segundo año de mi vida de casado y me habló de la triste situación a la que estaba reducido mi pobre amigo se muere y doctor watson dijo lleva tres días un riéndose y dudo que dure el día de hoy no me deja llamar a su médico esta mañana cuando vi como se le salen los huesos de la cara y como me miraba con sus grandes ojos brillantes no pude resistir más con su permiso o sin el señor holmes boya ahora mismo a buscar a un médico entonces que sea watson dijo yo no perdería ni una hora en ir a verla señor o a lo mejor ya no lo ve tipo me quedé horrorizado pues no había sabido nada de su enfermedad ni que decir tiene que me precipita a buscar mi abrigo y mi sombrero mientras vivamos en el coche pregunte detalles tengo poco que contarle él había estado trabajando en un caso en rosa en un callejón junto al gremio y se ha traído la enfermedad con él se acostó el miércoles por la tarde y desde entonces no se ha movido durante estos tres días no ha comido en mi vida nada a los medios por porque nos llamó a su médico no quería de ningún modo doctor watson ya sabe que dominante es no me atrevía a desobedecer ley pero no va a durar mucho en este mundo como a usted mismo en el momento en que le pongan los ojos encima cierto que era un espectáculo lamentable en la media luz de un día neblinoso de noviembre el cuarto del enfermo era un lugar tenebroso y esa cara más lenta y consumida que me miraba fijamente desde la cama hizo pasar un escalofrío por mi corazón sus ojos tenían el brillo de la fiebre sus mejillas estaban encendidas de un modo inquietante y tenía los labios cubiertos de costras oscuras las flacas manos sobre la colcha se agitan compulsivamente y su voz probaba de modo es más módico siguió tendido inerte cuando entre en el cuarto pero al verme hubo un furgón de reconocimiento en sus ojos bueno watson parece que hemos caído en manos días dijo con voz débil pero con algo de su vieja indolencia en sus modales mi querido amigo ex clame acercándose a él atrás echarse atrás dijo del modo tajante imperiosa que yo había visto en el solo en momentos de crisis si se acercan watson mandaré echarle de casa pero por qué porque