Inception (Origen) se desarrolla en un escenario del futuro cercano en el que se han inventado los dispositivos que permiten a los individuos invadir los sueños de otros y, si eres inteligente y con experiencia suficiente, extraer secretos –ideas- revelados a través del subconsciente del sujeto. Pero su realizador, Christopher Nolan va bastante más allá de este, de por sí, ambicioso argumento: ¿Sería posible implantar una idea básica y original en el sujeto, ajena a él, para así transformar su futuro, sus motivaciones y acciones y, en definitiva, influir en sus decisiones?, ¿y si, de hecho, ya estuvieramos experimentado los efectos de una idea propia que, como un virus, nos impide discernir que es realidad y sueño, sueño propio o ajeno?
El director Christopher Nolan lo quiere todo. Quiere un éxito de taquilla que sea visceral y cerebral al mismo tiempo. Un entretenimiento que se pueda disfrutar ya sea como espectáculo o un rompecabezas, o en ambos términos, y con esta producción, en gran medida lo consigue. Inception (Origen) es una de las mejores películas de ciencia-ficción del nuevo siglo –son sólo 10 años, sí, pero no está nada mal para empezar-, un alucinógeno sobre los sueños planteados como espacios públicos. Pero también es una película de atraco estándar al viejo -o al nuevo- estilo, lleno de referencias propias de este tipo de producciones (El Golpe, Ocean’s Eleven..), y la estructura narrativa se adscribe a lo siguiente: un delito está previsto, se ha de montar un equipo, y ‘la banda’ –incluída la sonora- está lista para arrancar; y todo el infierno se desata.
Pero también –asombroso, lo tiene todo- es una película íntima sobre el dolor, la adicción, y la realidad más lacerante (la escena del suicidio, tremenda). Nolan hace cine de género que quieren entretener e informar. Por lo general, tiene éxito porque sus películas son sutiles e inteligentes además de muy atractivas y entretenidas; sabe conjugar el mejor cóctel que pueda conseguirse de blockbuster palomitero y cine, de mayúsculas, con carga de profundidad y perspectiva; y, podeis creerme, vais a necesitar una buena dosis de perspectiva para disfrutarlo plenamente.
El ORIGEN del éxito
Pero ¿qué es Origen, en realidad? ¿Una película de acción o de introspección, un espectáculo o un drama? La película trata de la invasión de las ideas y los sueños, y de lo poderoso y peligroso que esto puede llegar a ser. Las ideas son peligrosas, pero la idea de poner nuevamente juntos al director Christopher Nolan y al compositor Hans Zimmer es, vale la pena decirlo, un billete ganador a la genialidad; pues con la visión de Nolan y la música de Zimmer, ¿acaso puede ser otra cosa que un éxito sensacional ?
En algunas de sus declaraciones, Christopher Nolan señalaba dos cosas que realmente se evidencian cuando se escucha la BSO que Hans Zimmer a creado para Inception. Primero, Nolan remarca lo importante que es la banda sonora para la película y determinar ese punto onírico que la define de principio a fin, y lo es; la segunda, que Hans Zimmer es “uno de los talentos esenciales de la industria para trabajar en música cinematográfica” . Inception (Origen) es sinuosa, una película de ensueño sobre los sueños, y Nolan buscaba una partitura que pudiera atraer al espectador, ayudándolo a través de la confusión de los sueños que la habitan y que, adrede, propone. Apasionante, misteriosa y aciaga como todo lo que se escapa a nuestra comprensión, como se muestra en “09. Dream Within a Dream” .
Todo esto es cierto. La banda sonora de Zimmer es, a veces, muy abstracta, con temas musicales fuertes y contundentes, vibrantes y metálicos, una música casi robótica y amenazadora como lo es la cadencia de la película. Pero en temas como "08. One Simple Idea" y "05. Old Souls" , escuchamos como se atenúa su intensidad. Los filmes de Nolan se basan en personajes problemáticos, con defectos, pero también son, sin embargo, tristes y humildes, y eso es lo que la parte más dulce de la partitura de Zimmer proporciona. Temas con ritmos sencillos, algunos terribles y otros donde reluce un amago de esperanza, comprometido por la desesperación.
En los últimos 10 años Hans Zimmer ha elaborado un currículum impresionante de bandas sonoras, y si continúa a este ritmo, su catálogo pronto rivalizará incluso con los mejores compositores de cine de la historia, elevándolo a la categoría de los grandes maestros de bandas sonoras como John Williams, Ennio Morricone, Jerry Goldsmith y Max Steiner. La fuerza de estos compositores reside en su capacidad de incluír ‘realmente’ la música en la película, no sólo como un respaldo a lo que está sucediendo en la pantalla, sino como si la música en sí misma fuera un ‘actor’ más interpretando la intensidad y la emoción de la historia, forjándola, como un elemento propio del conjunto de la trama, y, lo que es más significativo, introduciéndola discretamente en beneficio del conjunto, de la película.
Normalmente, los temas principales de una banda sonora son memorables, pero las piezas internas que rigen la historia y el flujo de entrada y salida en toda la película rara vez lo son. Lo que hace que un ‘maestro’ sea grande es su capacidad para crear una partitura que tiene vida propia y que puede estar directamente relacionada con escenas específicas, emociones y personajes. Hans nos muestra lo bien que entiende este concepto, componiendo movimientos magistrales que pueden tanto capturar escenas completas como resaltar determinadas emociones presentes en ellas. A veces, la diseminación de la composición es su punto más fuerte. Esto es especialmente notable en la breve introducción de la banda sonora de “01. Half Remembered Dream” , que se construye a partir de atmosféricos y ritmos suaves en un crescendo lleno de cuernos y timbales -sonidos que me recuerdan al balanceo del péndulo de un carillón monstruoso, en un 'tiempo irreal' de un lugar intangible- para, a continuación, volver a fluir en una cadena decreciente antes de construir otra, fuerte y corta.
En estas cualidades el compositor Hans Zimmer destaca por encima de cualquier otro. Mantiene las cosas simples en lugar de caer en excesos y en la complejidad innecesaria. La música fluye con las imágenes, sin imponerse a ellas. Los temas se desarrollan de forma sencilla por una razón: son eficaces y fáciles de recordar. Me resulta asombroso que pueda utilizar 2, 3 o 4 tonos y pueda crear de la nada un fantástico y emocionante tema musical que, literalmente, nos pone los pelos de punta. Recordemos, por ejemplo, algunos de sus últimos trabajos: El Caballero Oscuro, El Código Da Vinci o, incluso, su partitura más experimental, Sherlock Holmes. Y, ahora, la música de Inception (Origen), que me recuerda a algunos de sus mejores trabajos hasta la fecha.
Otra de las influencias musicales que se aprecian en la BSO de Inception es lo mucho que nos recuerda, en algunos temas, a la legendaria Blade Runner, de Ridley Scott (realizador) -Vangelis (compositor). Lo cual no tiene nada de extraño si tenemos en cuenta que Nolan se ha declarado, en más de una ocasión, un reconocido admirador de Blade Runner, o que Zimmer ha alabado, a su vez, el trabajo musical que Vangelis realizó para este filme, en entrevistas recientes. La pista “05. Old Souls” , de Zimmer, es un ejemplo muy ilustrativo que justifica, en esta ocasión, mencionar este toque erótico y atormentado a lo ‘Blade Runner’, ya entrevisto antes en “02. We Built Our Own World” . De hecho, La BSO de Inception bien podría ser el Blade Runner de hoy. Aunque todo hay que decirlo, la suave vibración electrónica que subraya el tema también nos puede resultar familiar (algunos opinarán que demasiado familiar), y referirnos, así, al aire musical bondiano, ya mencionado, que respira el “Night at the opera” de David Arnold, compuesta para Quantum of Solace.
Pero Zimmer no sería Zimmer, ni el Origen de Nolan tendría sentido, sin una buena dosis de adrenalina. Hans Zimmer nos trae un poco de acción de alto octanaje en la pista “07. Mombasa” . Sorprende quizá, este tema, que en apariencia utiliza muy poco la percusión –que llegamos a oir, por lo menos- y, en cambio, se basa en ella en un 80% de la misma. La música, intensa desde un principio, trepidante en su desarrollo y electrizante en la recta final, está elaborada de manera que nos suscita, implícitamente, un torbellino de emociones, identificándose una épica y sólida sensación de pura ciencia-ficción, que arraiga y se mezcla con lo que sucede en la pantalla. El espectador está servido. Este era, seguramente, el objetivo de Nolan, tenerlo todo fundido –imagen y música-, como un gran espectáculo audiovisual. Volviendo a “Mombasa”, empieza de una forma relativamente suave, pero muy pronto estalla en una señal de acción fantástica que me lleva a señalar las mismas intenciones del tema “Crimson Tide” en la BSO, también de Zimmer, de la película La Roca. Rompe un poco con el conjunto de la Banda sonora, sí, pero se ajusta como un guante al parque temático, que es lo que realmente importa.
El Principio del Fin
En resumen, esta banda sonora es a la vez épica y new age, y tal vez ahora nos enteramos del fruto de los recientes experimentos de Zimmer con Sherlock Holmes y también el sonido que creó para Batman Begins / The Dark Knight. A Zimmer le gusta experimentar y diseccionar los sonidos para crear otros de nuevos y es un ingeniero de sonido de primera clase, rasgos que demuestra una vez más en sus composiciones. Juega con la mente y las emociones, todo al mismo tiempo, con pequeñas sutilezas que sugiere y sabe transmitir con su música, tremendamente imbricada con las imágenes y el argumento del que es parte. A priori tiene todo lo que un verdadero fan de Hans Zimmer requiere: temas maravillosos, sonidos electrónicos perfectamente alineados, y un paisaje sonoro que sopla y pinta en nuestra mente, como un lienzo, mientras lo escuchamos y, para colmo, incluso nos provoca con sus clásicas acumulaciones emocionales musicales que tan enorme éxito tuvieron en El Caballero Oscuro.
Sugerente y dramática, uno de esos raros ejemplos de la cinematografía en los que música de cine e imágenes no sólo conviven felizmente sino que se funden en una única e indisoluble creación en la que por separado no tendrían ni el mismo efecto ni, por supuesto, la misma repercusión. Estoy seguro que será otro clásico Zimmer y una de las mejores bandas sonoras del 2010.
Mientras tanto, felicitémonos, si acaso, acariciando la idea del nacimiento de un genial matrimonio profesional que puede darnos las mejores alegrías del futuro cinematográfico en ciernes. Christopher Nolan & Hans Zimmer, forever.
1. Half Remembered Dream 1:12
2. We Built Our Own World 1:55
3. Dream Is Collapsing 2:23
4. Radical Notion 3:43
5. Old Souls 7:44
6. 528491 2:23
7. Mombasa 4:54
8. One Simple Idea 2:28
9. Dream Within A Dream 5:04
10.Waiting For A Train 9:30
11.Paradox 3:25
12.Time 4:35
Comentarios
maravillosa música!! vuestros comentarios muy interesantes. Gràcies!!
juan, muy completo y bien escrito el informe que acompaña el archivo. gracias
Maravillosa BSO del genial Hans Zimmer (aunque faltan 2 bonus tracks), nominada al Oscar (merecio ganarlo). El tema final TIME pasara a la historia reciente del cine, existen muchas versiones y remixes.