“Empieza a hacer lo necesario y acabarás haciendo lo imposible”. “Señores, pónganse los cinturones porque el avión va a bailar un rato”. Esta escueta frase pronunciada por uno de los militares encargados del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya fue el comienzo de la conocida como “Tragedia de los Andes”, que protagonizó un joven equipo de rugby y sus acompañantes cuando volaban desde Argentina a Chile para jugar un partido. El viernes 13 de 1972, los 40 pasajeros y cinco tripulantes de aquel vuelo sufrían un terrible accidente aéreo en la cordillera de los Andes, que ha inspirado, entre otros libros y documentales, la película ‘¡Viven!’.
El 13 de octubre de 1972, cuando Carlos Páez tenía 18 años, emprende un viaje a Chile que cambiaría su vida para siempre. El avión en el que viajaba Carlos Páez, junto con otros 44 pasajeros, se estrella en el medio de la Cordillera de Los Andes a 4200 metros de altura.
Tras 10 días de búsquedas inútiles, en un lugar donde según señalan los expertos era imposible sobrevivir, las autoridades deciden suspender los esfuerzos y aceptar que ya no volverían con vida. 72 días después, cuando sus compañeros, Nando Parrado y Roberto Canessa atraviesan los Andes en busca de ayuda, el mundo se entera de que 16 han sobrevivido. La fe, la pasión, el trabajo en equipo y la actitud, fueron la clave en el desenlace de la historia más increíble de supervivencia que el mundo ha presenciado hasta el momento. Trabajo en equipo, toma de decisiones, rápida respuesta frente a lo desconocido, adaptación al cambio, tolerancia a la frustración, liderazgo, creatividad, humor, pasión o Actitud; son algunos de los temas fundamentales en esta historia.
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