Novedad en esta edición número 107 del Tour de Francia. Por primera vez, los ganadores de etapa y los que portan los maillots distintivos (amarillo, blanco, verde y el de las pepas rojas) están acompañados en el podio de premiación por un hombre y una mujer. El argumento del cambio es luchar contra una práctica tachada de “sexista”. Desde la ruta del Tour de Francia 2020, Ana María Ospina El que luce el maillot de las pepas rojas, el francés Benoît Cosnefroy, está en el podio en medio de una mujer y un hombre. El Hombre, es Alan Silvestri. “Es un orgullo, un honor. No hay que olvidar que hago parte de los primeros azafatos en el podio del Tour”, dice el joven que no esconde su entusiasmo. En 2020 se ve en el podio a una pareja mixta acompañando a los ciclistas destacados, a esos que lucen los maillot distintivos dependiendo de su especialidad. Si es el amarillo, es porque es el líder de la general, para esta decimoprimera etapa es el esloveno Primoz Roglic; si es el blanco es porque es el mejor clasificado en la general entre los menores de 25 años, hasta ahora lo lleva el colombiano Egan Bernal; si es el verde es porque va ganando puntos en los embalajes y se le llama el de la regularidad, es el irlandés Sam Bennett el que lo porta; y si tiene pepas rojas es porque va por el premio de montaña, después del paso por los Pirineos es el francés Benoît Cosnefroy. Es precisamente el que lleva el maillot de la montaña al que Alan Silvestri acompaña todos los días durante su investidura. Una novedad para la Grande Boucle pero ya visto en La Vuelta a España, por ejemplo, y desde hace dos décadas en la carrera Lieja-Bastoña-Lieja. “Mis colegas femeninas que ya han estado en el Tour me recibieron muy bien. Mi compañera de podio me dio confianza de inmediato y nunca tuve un comentario en el que se me tildaba de tomar el puesto de alguien más, porque antes eran dos mujeres y ahora, pues una ya no trabaja. Nosotros seguimos lo que se decidió y es tener parejas mixtas y de alguna manera yo transmito ese mensaje de igualdad entre hombres y mujeres”, explica Silvestri. Mientras que los nombres de los protagonistas de la etapa son mencionados durante el protocolo de premiación, el joven piensa en su familia que es “fanática del ciclismo” y siente que a través de su experiencia laboral sus allegados viven el Tour. Alain siempre está bien peinado, vestido de forma impecable y sonriente, aunque no se vea por la mascarilla que debe portar todo el tiempo. Se describe como alguien riguroso y organizado, principales cualidades de un azafato. “Yo agradezco la confianza porque no siento mucha presión. También agradezco el hecho de que, aunque soy modelo profesional, no me contrataron por mi físico sino por mis cualidades para este tipo de trabajo”. ‘Monsieur pódium’ Alain prepara con esmero cada momento de la premiación que este año se adapta para disminuir los riesgos de contagio de coronavirus. Por ejemplo, en esta edición número 107, él y su compañera azafata no ayudan a los corredores a ponerse el maillot distintivo, ni les entregan las flores, ni el trofeo, ni el león. Están ahí para acompañarlos. >>>>Lea también: El Tour se adapta a los tiempos: ya no habrá sólo azafatas en el podio
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