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CXIX ABEL Y CAN I Raza de Abel, duerme, bebe y come; Dios te sonríe complaciente. Raza de Caín, en el lodo repta y muere como indigente. ¡Raza de Abel, tu sacrificio huele encantado el Serafín! Raza de Caín, tu suplicio, ¿alguna vez tendrá su fin? Raza de Abel, ve tus semillas y tus bestias, cuán bien están. Raza de Caín, tus entrañas de hambre ululan como un can. Raza de Abel, entibia el vientre junto a la estufa patriarcal. Raza de Caín, ¡allá en tu antro, muere helado, pobre chacal! Raza de Abel, ¡ama y prolifera!: tu oro también engendra hijitos. Raza de Caín, alma de hoguera, ¡cuídate de esos apetitos! Raza de Abel, creces y horadas como el insecto un bosque entero. Raza de Caín, tras tus pasos pierde tu prole el derrotero. II ¡Oh, raza de Abel, tu carroña ha de engordar el suelo ardiente! Raza de Caín, tu faena no está acabada totalmente. Raza de Abel, he aquí tu afrenta: al grillete el chuzo venció. ¡Raza de Caín, sube al cielo, y en tierra precipita a Dios! Charles Baudelaire