Sin duda uno de los escritores más influyentes de todo el siglo XX. De familia acomodada, vivió siempre entre libros. Con tan solo 6 años, Jorge Luis Borges, ya tenía muy claro que quería ser escritor. Recorrió toda Europa con su familia, residiendo en París, Milán, Venecia y Ginebra. También pasó unos años en España, donde conoció a Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Ramón Gómez de la Serna, Gerardo Diego, etc.
Ernesto Sábato enumeró así la variedad del cosmos que Borges exploró en sus obras: “manuscritos de heresiarcas, naipes de truco, Quevedo y Stevenson, letras de tango, demostraciones matemáticas, Lewis Carroll, aporías eleáticas, Franz Kafka, laberintos cretenses, arrabales porteños, Stuart Mill, De Quincey y guapos de chambergo requintado”.
“La mezcla” es aparente: son siempre las mismas ocupaciones metafísicas, con diferente ropaje: un partido de truco puede ser la inmortalidad, una biblioteca puede ser el eterno retorno. A Borges le gusta confundir al lector: uno cree estar leyendo un relato policial y de pronto se encuentra con Dios o el falso Basílides.”
Como dijo su amigo Alfonso Reyes: “Borges es un mago de las ideas. Transforma todos los motivos que toca y los lleva a otro registro mental“. Solo el título de sus libros nos hace reflexionar sobre una nueva dimensión de las cosas.
La poesía fue uno de los fundamentos de su trabajo literario, aunque fueron el ensayo y la narrativa los géneros que le reportaron el reconocimiento universal. La diferencia entre la prosa y la poesía reside, según Borges, en el lector, no en el texto: «Ante una página en prosa el lector espera noticias, información, razonamientos; en cambio, el que lee una página en verso sabe que tiene que emocionarse. En el texto no hay ninguna diferencia, pero en el lector sí, porque la actitud del lector es distinta».
Su obra, compuesta de cuentos, poemas y ensayos breves, manifiesta un altísimo nivel de erudición y una capacidad de inventiva inigualable, que ha inspirado a creadores de todo el mundo.
Murió de un enfisema pulmonar el 14 de junio de 1986, en Suiza, confesándose infeliz. "He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz".
CRÉDITOS (poema/voz/música):
1. Presentación : Manuel Alcaine / Astor Piazzolla
2. El remordimiento / Jose Sampietro / Astor Piazzolla
3. Las cosas / Néstor Barreto / Astor Piazzolla
4. 1964 / Elena Parra / Astor Piazzolla
5. A un gato / Jose Sampietro / Astor Piazzolla
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