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Comentarios
Delirante la "escalera sin peldaños"
qué bueno Borges era de mis favoritos cuando leía de chaval.. para mí la biblioteca son las incontables posibilidades que la mayoría de las veces no son significativas... expresa la vida en toda su absurda magia
Ay que rico
Tengo que reconocer, no siempre he opinado asi de Borges, que cuanto mas escucho este relato mas me gusta. Esto no es el Aleph, es perfectamente comprensible si uno mantiene la puerta de la azotea convenientemente abierta y atenta. Jota tienes razon este cuento es muy muy bueno.
Estan llamando a la puerta ¿quién será? ¡Ah si es mi amigo Asimov! No me acordaba de que le había invitado al podcast para tomar el té. ¡Qué cabeza la mía! Bueno, mientras voy sacando las pastas le convido a que se ponga cómodo y ya que está aquí vamos a pedirle que nos cuente uno de sus relatos. Tampoco quiero abusar demasiado de su amabilidad, que sea uno cortito, para ir abriendo boca.
Buenas noches, Miguel, Nilda, Jota, Vicente, David,...y cuantos andáis por aquí.
Es un texto periodístico, aunque no lo parezca. En mayo de 1949, la trigésimo segunda edición de el Giro de Italia fue memorable y contó con un cronista de excepción: DINO BUZZATI. En Sicilia, a este genio se le fue de las manos la crónica deportiva y le quedó la mar de poética. Algún relatero empedernido debió tener conocimiento de esta crónica y debió pensar que tenía gran valor literario y decidió publicarla en formato libro para deleite de todos, tanto los amantes de la bicicleta como los de la literatura relatera.
entre comillas todo Un viejo olivo artrítico, todo retorcido, a un compañero más joven: Vanitas Vanitatis, dices? Te crees que estos del Giro son una panda de necios que se afanan por nada, que corren sin razón alguna? Y los otros? No son peores los otros, los que dicen trabajar por cosas serias? Mejor éstos, créeme, por lo menos tienen el valor de no prometer complicados paraísos a sus semejantes. Corren para nada, es verdad, no construyen nada. Pero cómo explicas entonces que la gente, incluso la de aquí, que es de natural melancólico, se ponga tan contenta al verlos? ... Hay quien estudia, hay quien cultiva el campo, quien confecciona vestidos, quien hace cacerolas, quien fabrica trenes o bombas, quien hace sentir mejor a los enfermos, quien entierra a los muertos, quien enseña a los niños, quien dice misa. Pero nosotros no hacemos nada de todo eso, nosotros ni fabricamos ni cultivamos. Nosotros movemos las piernas y punto, nada más, aquí todo. ... Al verlos partir tan solos, con la cara tensa y congestionada, uno no entiende por qué los campeones se afanan tanto. Tanto sudar por nada parece casi insensato. Le entra a uno esa sensación de tristeza que producen todas las empresas solitarias: el ajedrecista sin adversario que se atormenta con la resolución de un problema, el jubilado sin amigos que juega absorto al solitario, el autodidacta sin días de fiesta que por las noches estudia inglés en una academia por correspondencia o con los discos del gramófono. Parece, en fin, tras diecisiete días de combate cuerpo a cuerpo, una flemática competición de tiro al blanco. ...
Ojú, Miguel. Con el libro en mano, ahora resulta que no soy capaz de decantarme por un solo pasaje de entre tres que tengo marcados. Voy a terminar como aquel mulo alquilao tuyo, jajajajaja. En fin, lo prometido es deuda. Voy a ello. Tómalo como un acto de amor verdadero, jajajajaja, porque terminaré con el dedo contracturao.
Sí, Miguel. Recuerdo también que me dejó buen regusto.