María Díaz de Haro, es también conocida como María la Primera, ya que tiene una nieta homónima que heredará su título de señora de Haro. Tiene una calle en Bilbao y una escultura en Portugalete, una de las pocas estatuas erigidas a mujeres políticas de la antigüedad. La mayoría de las esculturas femeninas existentes son de reinas, musas o deidades, muy pocas o ninguna mujer real, excepto la suya.
Otro apelativo que le otorga la Historia es el de La Buena, bien merecido por su labor negociadora y pacificadora. Si bien, también pudo haberlo heredado, junto al señorío de Haro, de su antepasado Diego López de Haro, al que unos daban el sobrenombre del Bueno y otros, del Malo, señor de las tierras de Haro.
A la muerte de Sancho IV en 1295, hubo disturbios entre los aspirantes a la Corona. Durante este periodo, Diego López de Haro V aprovechó para invadir Bilbao y usurparle el señorío a su sobrina, nuestra María de Haro. Uno de los argumentos por los que quería hacerse con el poder era el de la incapacidad de las hembras para gobernar. Su marido, Juan de Castilla, el de Tarifa, estaba todavía en prisión, por lo que ella, sola en el gobierno, tuvo que hacer frente a esta invasión de su tío y le entregó la ciudad mediante acuerdos, sin que hubiera guerra. Este Diego López de Haro recibió el nombre del Intruso, por tales hechos. Sin embargo, en virtud de los acuerdos mencionados, a la muerte del Intruso, el señorío volvería a manos de su sobrina María de Haro y a los descendientes que ella tuviera.
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