Odio y desprecio, vivir de rodillas o luchar

La actitud, la prepotencia y el desprecio por los ciudadanos libres de España, que arrastra la realización de la Agenda 2030, nos lleva a situaciones como la de la muy discutible situación de PANDEMIA, ya hay muchas voces de profesionales relacionados con este tema, que para nada son negacionistas, como este que que dirige este programa, que han pasado la enfermedad y conocen los efectos del COVID19. Pero, esta enfermedad esta siendo usada por los amantes de la destrucción de la libertad, el estado de derecho y en general lo que era nuestra vida antes, par crear un espacio de construcción de un estado globalista en el que el estado nos tome bajo su tutela y nos trate como autómatas o como a niños ignorantes, quitándonos nuestros derechos y obviando nuestras necesidades como personas, que nos convierte en siervos de los poderosos, que ahora son los que habiendo accedido al poder lo están mal usando para sus intereses de partido o personales.

Dos casos contamos hoy: Los niños que acuden a los colegios sin medidas de seguridad, sin acciones concretas, sin conocer que les depara su día a día; poniendo en peligro sus vidas y las de sus familias cuando se trata de personas de riesgo. El Ministerio de Educación y el de Sanidad han dispuesto de meses para tener encuenta la problemática de muchos alumnos en cuanto a sus peligros sanitarios personales y no han previsto ninguna acción al respecto y, cuando las familias las han reclamado, han recibido inmediatamente el desagrado de las autoridades escolares, aunque parece ser que esta situación tiende a arreglarse. Contamos hoy el caso de una familia de riesgo sanitario, que en ningún momento ha sido tenida en cuenta por las autoridades educativas.

También la aplicación d ella agenda 2030 tiene como consecuencia la potenciación o creación de leyes que nos obliguen a la verdad oficial. En este caso un sacerdote expresa libremente su conocimiento de otra religión, la musulmana, y su actuación frente a los creyentes y ministros cristianos. Todo ello le acarrea la acusación de "delito de odio" que al igual que con el tema de la violencia de genero, acarrea sin mas la condición de culpable, olvidándose de la tan cacareada presunción de inocencia, que por ejemplo si tiene el vicepresidente del gobierno en la instrucción judicial que tiene abierta

Finalmente "la cacerola" nos habla de la actualidad en esta nuestra España.