Hoy descubrimos las sorpresas que nos depara un viaje conociendo lo que se esconde en el entorno de la localidad palentina de Aguilar de Campoo-
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa "Aquí en la Onda" de Onda Cero Castilla y León. No dejes de consultar lo que sobre esta propuesta he publicado en el blog: https://www.siempredepaso.es/que-ver-en-torno-a-aguilar-de-campoo-palencia/
Habría que empezar con un paseo detenido por las calles de Aguilar de Campoo. Ya hemos hablado aquí en alguna ocasión de que Aguilar destaca por los excelentes ejemplos de arquitectura montañesa que encontramos por su calles, con esos explendidos y socorridos soportales que acotan su plaza de España, en la que también llama la atención la abundancia de galerías acristaladas, o los caserones con escudos nobiliarios que encontramos en varios puntos del callejero y que revelan la importancia que tuvo en el pasado esa clase social en la localidad.
También hay un montón de cosas que ver muy cerca de esta población.
Una de esas visitas que podemos hacer es acercarnos a conocer los restos la calzada romana de Los Blendios, que es el camino más antiguo que se conoce establecido como tal por los romanos para salvar la Cordillera Cantábrica entre Pisoraca (Herrera de Pisuerga, Palencia) y el denominado Portus Blendium (el actual Suances, en Cantabria). Un camino histórico que estuvo en uso hasta que los avances técnicos fueron brindando otras posibilidades a los ingenieros para atravesar las montañas. O hasta que otras vías de comunicación más modernas -como la actual autovía- la fueron dejando en el olvido. Por eso resulta una rareza descubrir que el humilde puente de La Perdiz sea uno de los restos de aquella calzada, con 2.000 años de historia sobre sus pilares, y que haya sobrevivido a tanto trajín. Se localiza un poco antes de entrar en Nestar junto a una pequeña área de interpretación con paneles y bancos.
No solo en Aguilar perviven las huellas de la vieja hidalguía montañesa que ejerció su poderío al pie de la Cordillera Cantábrica, con los marqueses de Aguilar a la cabeza. Hay varias localidades en torno a Aguilar en las que resulta asombrosa la densidad de casas fuerte, torres o pequeñas fortalezas blindadas por torreones y cercas de piedra.
Una de esas localidades es Villanueva de Henares, a unos 15 km de Aguilar. Entre su repertorio de casas hidalgas blasonadas encontramos la de Los Mayorazgos, una torre fuerte como la de La Capellanía o el soberbio palacio barroco del s.XVII conocido como “La Casona”. Por encima de este palacio, la carretera da acceso a un mirador con bancos desde el que resulta obligado contemplar todo el conjunto. Otra curiosidad relacionada con Villanueva es la presencia del menhir conocido como la “piedra de Sansón”, relacionado con los conjuntos megalíticos de Valdeolea. Se ve sin dificultad, hincado en una linde entre los campos de labor, cerca de la carretera que lleva hacia la autovía.
Y otra localidad, también con muy buenas muestras de arquitectura tradicional montañesa es la de Canduela, Declarada Conjunto Histórico. Es otro casco urbano repleto de casonas montañesas, algunas tan notables como la conocida como “la Torrona”.
El embalse de Aguilar ofrece un montón de posibilidades. Una de ellas es, por ejemplo, acercarnos a conocer la iglesia de uno de los pueblos que quedaron anegados con la construcción del embalse. Esta construcción se llevó a cabo entre 1953 y 196, y supuso la inundación de los pueblos de Cenera de Zalima, Villanueva del Río, Frontada y Quintanilla de la Berzosa.
Bueno, pues resulta que la ubicación de las iglesias románicas de estas dos últimas poblaciones, en un nivel más alto que el resto de las casas, las salvó de la inundación y hoy aparecen sobre el paisaje solitarias y huérfanas de las localidades a las que dieron servicio.
En concreto, la iglesia de San Andrés de Frontada se localiza en una apartada península del embalse hasta la que se accede, en 3,6 km, por un buen camino de tierra que encontramos señalizado en la carretera que bordea el embalse, 1 km antes de la localidad de Foldada, yendo desde Aguilar. Estos 3,6 km son una excelente excusa para disfrutar de un paseo por las orillas del embalse. Quizás más aún cuando el nivel de las aguas baja un poco y permite ver los restos del pueblo inundado a muy pocos metros de la iglesia y su cementerio. En torno a la iglesia, arropada por un frondoso pinar, mesas y bancos se brindan para un agradable descanso.
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