008_I_WAS_#17_(1999 spin-off).mp3

008_I_WAS_#17_(1999 spin-off).mp3

Explicit
Audio no disponible. Inténtalo más tarde.
  • Descargar
  • Compartir
  • Me gusta
  • Más
Preparando para la descarga

Preparando audio para descarga.

Escucha patrocinada. El audio empezará en pocos segundos...

Escucha sin anuncios y sin esperas con iVoox Premium

Pruébalo Gratis

X

Descripción de 008_I_WAS_#17_(1999 spin-off).mp3

Relatos terror creepypastas creepypasta


Este audio le gusta a: 41 usuarios

Comentarios

Imágen de usuario
waldemarne

Saludos desde Sabadell. Spin-off muy muy turbio donde sabemos algo más del Señor Oso y su modus operandi...

Imágen de usuario
David Vaillant

Me ha gustado este spin off! Te habla más del villano de la obra original, lo q nos permite dibujarlo mejor en nuestras mentes, si volvemos a oír el original. :)

Imágen de usuario
Txus Sánchester

Tremendo el spin-off. Le da mucho más cuerpo al sr. Oso, ese que nos dicen que es mucho más que un depravado sin más, pero que no lo llegamos a ver. Aquí sí, aquí tiene una presencia tremenda.

Imágen de usuario
CarlosPascual

Buahhhhhhhh. Brutal Este spin-off. Creo que el hecho de saber de antemano la historia del Sr Oso lo hace especial. Y la narración ha sido de las mejores hasta ahora.

Imágen de usuario
koptar iw

Tenía una sensación horrible, algo que me superaba por completo y a lo que era incapaz de darle explicación. No era consciente de cuanto tiempo llevaba así, todo era demasiado desconcertante como para intentar darle una solución. Estaba claro que tenía que estar enfermo, algún virus que hacía que no tuviera energías y que me mantenía entre las cuatro paredes de mi habitación. Yo siempre fui una persona que gustaba de quedarme en casa, incluso cuando tenía la posibilidad de salir, para quedarme a leer o jugar a las aventuras gráficas que tanto me han gustado desde siempre. Pero aunque esta enfermedad, o lo que fuese, me posibilitara estar en mi espacio privado haciendo el uso que quisiera de mi tiempo libre; esta sensación extraña, la de estar atado a este lugar, hacía que todo fuera muy oscuro. En un momento dado, mi madre entro a la habitación: Madre, no me encuentro bien. He tenido que coger alguna enfermedad, no me encuentro con fuerzas, como si estuviera mareado. Pero no obtuve ninguna respuesta. De hecho mi madre parecía que estaba en otra cosa, tan absorta estaba en lo que hacía que pese a que yo intentaba cruzar mi mirada con la suya, me fue imposible. Cuando ya me dispuse a hablar con ella de una forma más directa para que me hiciera caso, salió por la puerta, dejándome allí solo y aun más desconcertado. Después de eso pase un tiempo allí, observando mi habitación, sintiéndome cada vez peor, con menos fuerzas. En un momento dado, decidí que ya era hora de salir de aquella habitación, aunque estaba claro que algo me pasaba no podía seguir más tiempo ahí. Caminé lentamente hasta la puerta y conforme me acercaba a ella una sensación de mareo y pesadumbre me invadió. Cuando mis manos llegaron a alcanzar el pomo de la puerta y comencé a darle vueltas, todo se volvió negro. Súbitamente, y sin poder averiguar como, me encontraba de pie en mi cama, no podía apenas moverme, tan solo podía mover un poco las piernas, mis brazos estaban como dormidos. Fue tal la sensación de angustia que comencé a intentar salir de ahí, pero por mucho que lo intentaba algo me impedía moverme. Traté andar hacia cualquier lado, pero mis pies no podían tocar el suelo, tenía le sensación de estar flotando, pero con ninguna libertad. Poco a poco mis energías me fueron abandonando, la desesperación iba en aumento, comencé a mover los brazos para intentar agarrarme a algo que obviamente no existía. Cuando ya parecía que no podía más, mis manos rozaron algo que parecía estar por encima de mi cabeza, algo que parecía moverse al mismo ritmo que yo lo hacía con mis intentos desesperados por zafarme de todo esto. En un ultimo intento por intentar salir de ahí, intenté mirar hacía arriba, aunque algo me lo impedía. Cuando ya parecía que mis fuerzas me abandonaban, mi ojos pudieron advertir que lo que tenía justo encima era una cuerda, y lo que hacía que no pudiera moverme era que dicha cuerda estaba atada fuertemente a mi cuello. Toda sensación de pánico cesó subitamente, ya podía moverme, el mareo había desaparecido así como la cuerda que hace unos instantes me tenía suspendido el techo. Cuando ya había empezado a aceptar lo que había visto y mi mente comenzaba a intentar analizarlo todo, mi madre volvió a entrar en la habitación, solo que esta vez si advertía mi presencia, de hecho nada más entrar pude mirarle a los ojos, unos ojos en los que asomaban unas lagrimas. Madre, antes he intentado hablar contigo, no me encuentro bien. Lo se hijo, te veo todos los días igual, en la misma posición, balanceándote de un lado a otro – sus lagrimas parecían no tener fin. Tengo miedo, no puedo salir de esta habitación. Lo se hijo, hace 5 años que no sales de esta habitación.

Imágen de usuario