El Doctor Castañón era ateo y seguidor de Sartre, y, en 1992 se convirtió al catolicismo a través de sus estudios científicos, en Bolivia. Acostumbra reflexionar sobre el poder la palabra en la familia y en la sociedad. En su libro 'Hábitos y actitudes, cuando la palabra hiere', afirma que la palabra afecta al cerebro, tiene un efecto físico, de allí la importancia de que la palabra sea constructiva. Cuando la experiencia ha sido grata se produce dopamina, y hay cambios neuroquímicos. Cuando hay descontento y pelea hay una reacción de adrenalina. Por eso, cuando la gente es peleonera lo mejor es hablar en corto.
Hay que educar en el momento en que la persona produce reacciones bioquímicas positivas. Lo que se asimila deja huella. Si un padre de familia les dice a sus hijos que lo que importa es el dinero, eso les deja huella. Hay que darles información siempre valiosa. El hombre ha nacido para ser feliz, para cultivar su inteligencia y su voluntad; pero hay quienes afirman que “el hombre es un mamífero para el placer y la comodidad” porque olvidan su dimensión espiritual. El espíritu es la parte divina que el ser humano posee.
Actualmente, todo tiene que ser “hoy, ahora”. La gente vive el instantaneísmo. Hay un predominio de la imagen y de la seducción: vale más lo que aparece que lo que se es. Destaca el valor a utilidad: lo que vale es lo útil, lo funcional. Hoy, se busca la calidad material en vez de la espiritual. Se piensa que una vida sin calidad no vale la pena. La calidad se mide por criterios utilitarios y hedonistas. No hay cabida para entender el sentido del dolor y del sufrimiento.
En el trabajo “Cuando la palabra hiere…” el Dr. Ricardo Castañón Gómez ayudó a miles de personas a tomar conciencia de la situación en la que vivían. Animó a conocer más sobre el impacto bio-psicológico de la palabra en el cerebro y la conducta. Los comentarios se levantaron a nivel internacional cuando un común denominador.
-“¡Doctor, no sabía que una palabra podría requerir de esa manera!
- ¿Qué puedo hacer para cambiar el mal dicho y hecho?
Incontables heridas verbales laceraban la vida de miles. Muchas personas fueron descubriendo que gradualmente su propia responsabilidad: ¿Por qué tuve que lastimar las personas que más amo? ¿Por qué la persona que más amo y respeto me hirió con palabras tan severas perforando mi alma?
Víctimas y beligerantes verbales inclinaban la cabeza, algunos con dolor, otros con vergüenza, buscando humildemente alguna respuesta.
La pregunta encontraba contestación que voluminoso panorama, prometedor y lleno esperanza: las heridas podían curarse y las nuevas palabras podría sanar. Nacía la eufonía, el nuevo modo de hablar: inteligente, cálido, armónico, noble, generoso, correcto.
Así se inició un recorrido que llevaba a cambios y mejorías. “¡Doctor, ya no hiero a mis hijos!; ¡Doctor, mi esposo (a) me habla de otra manera…!”
“Cuando la palabra sana…”, es una consecuencia de todo ello.
Con esta nueva obra tienela intención de promover la belleza de las palabras y de los sentimientos de quien habla, a los niveles más elevados de expresión verbal que denominamos oralidad. Las palabras revelan el contenido de nuestro pensamiento, plasma nuestras intenciones, definen nuestro comportamiento y sobre todo dan figura a las cualidades del alma escondida. No sin razón o latinos solían pronunciar: Imago animi verbum est (La palabra es imagen del alma)
Fuentes:
http://www.larazondelascosas.com/
http://grupointernacional21.com/
Comentarios
Fabuloso gracias !
Gracias, entender en algo la relación del funcionamiento del cerebro y el comportamiento humano me acercan al entendimiento y comprensión propia y del projimo
Excelente catequesis por su novedad , autenticidad y síntesis, ha paseado la fe por todos los rincones del alma, coincidencia total con mi perseguir a Cristo.