5D6 La pirámide asesinada - Christian Jacq [Voz Humana]

Capítulo veintinueve ceutí no era hombre para disfrutar largo tiempo la paz y el silencio de los jardines del templo como las sacerdotisas aunque hermosas nos encargaban de los enfermos y eran inaccesibles sólo tenía contactos con un enfermero desabrido que cambiaba sus apósitos menos de un mes después de la operación hervía de impaciencia cuando refiere cle examinó no pudo contenerse ya estoy restablecido no del todo pero vuestro estado es notable no ha cedido ningún punto de sutura las heridas han cicatrizado no se ha declarado ninguna infeliz ción así pues puedo salir a condición de que os cuidéis sin poder resistirlo la besó en ambas mejillas os debo la vida y no soy un ingrato si me llamáis acudiré palabra de héroe os llevaréis una jarra de agua curativa y beberéis tres coplas al día tengo prohibida la cerveza no más que el vino a pequeñas dosis sutil tendió los brazos e hinchó el pecho qué bueno es vivir de nuevo tantas horas de sufrimiento sólo las mujeres podrán borrarlas no pensáis casaros con una que la diosa hathor me proteja de tal desastre yo con una esposa fiel y una retahíla de mocosos agarrados a mi paño un amante luego otra y otra más ese es mi maravilloso destino ninguna se parece a la otra todas tienen su secreto parecéis muy distinto de vuestro amigo pa zaire advirtió ella sonriendo no os fiéis de su reservado aspecto es un pasional tal vez más que yo si se ha atrevido a hablaros se ha atrevido no toméis a la ligera sus palabras me asustaron pa ir amarás solo una vez pertenece a esa raza de hombres que se enamora locamente y mantiene su locura durante toda una vida una mujer no puede comprenderlo pues necesita acostumbrarse tomarse algún tiempo antes de comprometerse pa ir es un torrente furioso no un fuego de pa cajas su pasión no cederá es torpe demasiado tímido apresurado de una sinceridad absoluta ha rechazado los amoríos y las aventuras pues sólo es capaz de un gran amor y si se engaña beberá hasta las heces su ideal no esperéis la menor concesión admitir mis temores en el amor los argumentos razonables son inútiles os deseo que seáis feliz sea cual sea vuestra decisión sutil no comprendía a pa zaire la belleza de nefertiti era luminosa sentado al pie de una palmera ya no se alimentaba con la cabeza apoyada en las rodillas en postura de luto ni siquiera distinguía el día de la noche los niños ya no le molestaban pues parecía un bloque de piedra pa ir soy yo sutil el juez no reaccionó estás convencido de que no te ama sutil y se apoyó en un tronco junto a su amigo no habrá otra mujer lo sé también no intentaré consolarte compartir tu desgracia es imposible sólo queda tu misión pa ir guardó silencio ni tú ni yo podemos permitir que a ser triunfe si renunciamos el tribunal del otro mundo nos condenará a la segunda muerte y no habrá justificación alguna para nuestra cobardía el juez permaneció inerte como quieras muérete de inanición pensando en ella combatir solo contra ayer pa ir salió de su embotamiento y miró a su ti te destruirá a cada uno su prueba tú no soportas la indiferencia de nazaret a mí el rostro de un asesino me obsesiona durante el sueño te ayudaré pa ir intentó levantarse pero la cabeza le daba vueltas sutil le tomó de los hombros perdóname pero me has recomendado a menudo no faltará la palabra lo esencial es que te recuperes