Audio relato: La estantería de los libros indultados, de Alfonso Gª Aranzábal. Por Patricia Prida

A la biblioteca se niega mío presenta la estantería de los libros indultados de alfonso garcía lanzaban voz grabación y montaje patricia primera una tenue luz entre entre las lamas de la persiana hace un rato que me desvelado alargó lo más posible la pugna entre el calor de la cama y el desasosiego de mi cuerpo doliente hasta que la claridad me indica que ya ha amanecido y vencido por el dolor de mis huesos me decido a levantarme mis caderas denotan los años de no dada actividad y ahora me someten a un tormento diario matutino una vez que me pongo en movimiento todo vuelve a la normalidad dicen que los ancianos nos gusta el hecho pero no es verdad es a los pobres a los que nos agrada pues es el lugar más cálido de la casa el colchón es alto y solo tengo que sentarme para poner los pies en el suelo me calzón las zapatillas y voy rehén que ante a la cocina donde me preparo un café con leche con unas galletas no tarda mucho en llegar regina y me pilla desayunando por qué se le va usted tan pronto no puede quedarse en la cama hasta que llegue yo como hace su mujer es agotador explicarle todos los días que mi cuerpo no aguanta mas ha costado así que optó por ser hosco me levanto cuando me da la gana estoy en mi casa va yahoo y se ha levantado en coruña del señor si se lo digo por su bien hombre le puedo preparar el desayuno como a su señora le ayudaría a levantarse y asear se no necesito ayuda contexto malhumorados la culpa la tiene mi esposa amparo que solicitó a los servicios sociales una ayuda y nos pusieron a esta mujer no tengo nada en contra de ella es más tengo que decir que es una persona amable y cariñosa pero me fastidia que me hayan quitado independencia y autonomía amparo le ayudaba yo y nos arreglamos bien pero ellos dicen que no es muy necesaria la asistencia de regina y me tengo que aguantar la verdad es que aunque me haga el duro es de agradecer ya sabe usted que todo es negociable menos la ducha es refugio y es que tengo que reconocer que el frío me coge el alma y el cuerpo y me cuesta mucho ponerme debajo del corro del agua lo primero que hace regina es atenderme así me puedo marchar a primera hora toma un café con carlos la mayoría de los días me invita a tenemos una especie de pacto y siempre empleamos el mismo procedimiento yo me hago el en contradice y él me súplica con cariño tómate un calcetín conmigo venga por los viejos tiempos por favor y es que se que lo hace para evitarme el sonrojo de un perpetuo convite como si el favor de la compañía se lo hiciera yo entonces conociendo mi estrechez financiera me invita una vez que he tomado café decidido lo que voy a hacer a continuación en verano paseo y en invierno me refugio en la biblioteca o en la iglesia quizás se pueda dudar de lo que hago en el templo si no soy yo creyente o quizás sea más religioso de lo que en realidad yo mismo creo me parece que es más bien una cuestión de temperatura de frío lo mejor dicho de calor el que hacen la biblioteca o en la parroquia los pobres somos creyentes o ilustrados según la temperatura del local la biblioteca tiene la ventaja de poder leer el periódico aunque cada vez me importa menos el mundo cuando uno tiene que buscarse la vida todos los días los diarios ayuda muy poco en la biblioteca o en la iglesia al lado de la rejilla del aire de la calefacción mis pensamientos van y vienen erráticos a veces pienso que somos títeres de dios que en algunas ocasiones juega con nosotros y en otras nos olvidan el baúl de los juguetes roto