El hombre está de pie, íntegro y vertical, sin concederle absolutamente nada a quienes, en los próximos meses que durará su aventura rumbo a la elección de nuevas autoridades (en setiembre de 2018) en la Organización del Fútbol del Interior, le querrán hacer la vida imposible, dejando a su alrededor dirigentes arrasados. Habló con la dignidad, que impone su cuna familiar, con una altivez no desprovista de elegancia, sin quejas y sin reproches contra sus ocultos detractores. Ahora, Mario Cheppi, descansa en su casa de Young, en el sosiego de la paz familiar. Su historia es ya presente: puede ser el futuro candidato a la presidencia de la OFI, puede ser el presidente... desde la Confederación de Fútbol del Litoral, que lo puede proponer, y así cumplir con el acuerdo político que está establecido desde hace casi 7 años.
Pero, hay una presentación de una ponencia para modificar un artículo, que se refiere a que haya una nueva reelección en el organismo chacarero... Aun así, Cheppi, ya tiene escenas, rostros y episodios que se reinstalarán en su memoria, como fotogramas de un filme enloquecido por alcanzar el poder. Y él, con los ojos bien abiertos, quizás se repita la pregunta que es, al fin y al cabo, la clave descifratoria inaugural: ¿Pueden evitar que alguien del viejo Litoral llegue a la presidencia de la OFI? ¿O hay un epílogo que ya está escrito, como la crónica de un despido anunciado y, para muchos inevitable?.
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