Fabiola Gutiérrez, desde Santiago de Chile, trabajando en Corporación Humanas e integrante de la Red de Periodistas Feministas de su país, durante su participación en el programa Saber es tu Derecho que se emite los sábados de 15 a 17 horas por Radio Mil AM, mencionó que la crisis social del año pasado en Chile develó un cúmulo de malestares sociales con profundas desigualdades donde las personas ya no estaban dispuestas a seguir soportando, más aún con el segundo mandato de un gobierno de derecha y capitalista, vista desde el exterior como un país económicamente muy estable, sin embargo la población chilena soporta profundas injusticias sociales, por ejemplo un sistema de salud y educación privatizados.
La vida de los chilenos siempre está en riesgo porque todo pasa por la propiedad privada, todo está en manos del sector privado, de los empresarios como el sistema AFP, de las pensiones, etc., entonces ese malestar genera el estallido social. Toda esta situación social injusta ahora con el coronavirus queda más develado, puntualizó.
En Chile, como en los demás países de la región, se adoptaron medidas sanitarias aunque en algunos casos las determinaciones fueron tardías y sin una buena comunicación dirigida a la población para hacer frente a la pandemia. Hay mucha crítica en la labor de las autoridades pues en algunas comunas demoraron para entrar en cuarentena, todo fue tardío generando cierto pánico en la población.
En materia económica la tasa de cesantía del empleo va en aumento en tanto las grandes empresas son las que insisten en acogerse a la ley de emergencia por el Covid 19 generando nuevos malestares en la población chilena porque este sector de la sociedad siempre gozo de los privilegios del Estado. Acogerse a esa ley no le corresponde, la ley debería direccionarse a esa población más vulnerable en situación de pobreza y no a los empresarios que sí tiene cómo sostenerse en esta crisis, dijo Gutiérrez al puntualizar que en Chile hay personas con hambre pues en algunas comunas la gente se está quedando sin nada.
Finalmente significó la necesidad que los gobernantes y empresarios miren a las personas y no a sus bolsillos. Esta crisis es una bomba de tiempo, una olla de presión pues la gente nuevamente saldrá a las calles para exigir derechos postergados. El gobierno dispone bonos muy bajos para la gente vulnerada, alrededor de 100 dólares, suma ínfima para un país con suficientes recursos económicos. La clase política se pelea en bajar o no salarios con sus intereses partidarios sin mirar las demandas ciudadanas, indicó
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