CUBA, un isla, en donde nació la cabeza de un violento dragón. Este es un somero recuento de los hechos. Cuba y el mundo, Cuba y Venezuela, Cuba y Angola, Cuba y la izquierda.
Hoy, la historia nos acosa. Ahora más que nunca, debemos comprender y analizar el pasado. Te preguntarás ¿Por qué?… Bueno, pues han transcurrido muy pocos años desde que cayó la última dictadura en Centroamérica y ya tenemos otras, Dictaduras que se multiplican como un virus. Esto último, nos asegura, que al día de hoy seguimos sin ser capaces de crear instituciones sólidas. Que la corrupción y los intereses de unos pocos se sobreponen a la voluntad de miles. Nuestro continente ha vuelto a los tiempos, en los que para contar tiranos, nos hacen falta dedos.
A mediados del siglo pasado, solo México, Colombia e, intermitentemente algunos países del Sur tenían gobiernos dirigidos por civiles. Todos los demás eran presididos por un caudillo o un títere con corbata que tenía una bota en el cuello que le obligaba a seguir los designios de dichos caporales.
Empezaré este relato, en la linea del tiempo donde la Segunda Guerra Mundial había finalizado. Después de la Segunda Guerra mundial, el mundo sufrió cambios importantísimos y los movimientos progresistas comenzaron a surgir en toda América. En varios países estallaron rebeliones populares, que, si bien no todas lograron establecer democracias en el sentido estricto de la palabra, al menos dieron pasos importantes como la legalización de ciertos partidos o sindicatos.
La fecha del 26 de julio de 1953 es inolvidable para la historia latina, un grupo de idealistas asaltó el Cuartel Moncada al oriente de Cuba. Uno de sus líderes era Fidel Castro Ruz, el hijo de un gallego radicado antes de la independencia. Fidel junto a su hermano y otros jóvenes orquestaron una fallida rebelión contra la reciente dictadura de Fulgencio Batista, expresidente y dictador. Castro, por la rebelión recibió 15 años de sentencia, pero antes de transcurrir los dos primeros años, Fidel, recibió un indulto producto de una amnistía general. A los meses se fue a México, de donde volvería a los pocos meses para iniciar una guerra de guerrillas que lo llevaría al poder tres años después.
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