LA DURA REALIDAD DE SER ALBINO EN ÁFRICA
El albinismo es una alteración genética.
No es una enfermedad.
Las enfermedades se contraen y se contagian.
El albinismo, no.
Se trata de un desorden genético hereditario.
Se produce por la ausencia de la enzima que transforma la tirosina en la melanina.
El compuesto encargado de la pigmentación.
Por eso, la piel y el cabello de las personas con albinismo adquiere un tono blanquecino.
Desprovistos de esa defensa, aumenta su riesgo de contraer cáncer de piel.
Y también se reduce su capacidad de visión.
No sólo combaten estos riesgos, sino también la discriminación y la persecución en África.
Amnistía internacional ha denunciado estos abusos.
Los secuestros, homicidios o mutilaciones que sufren en Malawi.
Donde sus cuerpos son empleados en prácticas de brujería.
Muchos niños albinos tienen miedo de ir a la escuela.
Por las agresiones.
Y temen abandonar las zonas rurales para ir a la ciudad.
La violencia contra este colectivo se localiza en el África subsahariana.
Donde el analfabetismo de los adultos es, de media, superior a otra parte del mundo.
Las mutilaciones se practican con machetes.
Buscan arrancar dedos o extremidades.
Luego, los brujos las emplean para preparar pócimas.
Brebajes que venden para atraer la buena suerte o el éxito.
Deshumanizar a las víctimas, facilita estos actos.
Según sus creencias, los albinos son en realidad espíritus.
Fantasmas que no mueren, sino que se desvanecen.
Otras destacan una presunta naturaleza maligna.
De la mano del disparate, aparece el dinero.
Hay un negocio con este dolor.
Porque ciertas personas con estas creencias pagan al brujo para que haga la pócima.
Hasta los 1.800 euros por una pierna.
Hubo un caso, en el que un hermano vendió al otro por 200 euros.
Cuanso los asaltan en Camerún les llaman: Zeru, Zeru.
Que significa, fantasma.
Los episodios de crueldad no terminan ahí.
La complicidad de las élites políticas agrava el problema.
En parte, por las represalias que emprenden en caso de denuncia.
Veamos la distinta consideración que podemos apreciar en las diferentes zonas.
Los albinos que nacen en una familia de la tribu Bamileké son vistas como algo superior.
Como una especie de espíritu positivo.
En la zona occidental del país, pueden tener algo más de suerte.
Pero en el área septentrional se da la creencia opuesta.
Allí, su condición se considera una maldición.
Normalmente, se sabe que al nacer, intentan acabar con su vida.
Aunque, no todo el mundo da a luz en el hospital.
Existe una asociación española que ayuda a las personas con albinismo.
Se llama: Alba.
Con la mirada fija en África, aseguran que faltan recursos…pero, sobre todo, conocimiento.
Los tanzanos con albinismo viven la situación más dramática del continente africano.
En este país se trafica con partes de su cuerpo.
Además, Tanzania registra una altísima proporción de personas con esa condición.
1 de cada 4.000 ciudadanos nace albino.
Los doctores dicen que la endogamia influye.
Han vivido aislados a causa de las persecuciones.
Así que tienden a casarse entre ellos y a tener descendencia.
Es un problema de consanguinidad.
En la frontera con Kenia se halla la localidad de Moshi.
Donde se encuentra el único Hospital Universitario que forma a los especialistas en dermatología en Tanzania.
Hay unos 20.
Ya que es uno de los países con menos médicos por habitante del mundo.
Con todo, allí los albinos tienen una esperanza de vida de unos 30 años.
Los albinos pueden y deben tomar el sol.
Excepto los menores de seis meses.
Antes, deben adoptar severas precauciones.
Ya que padecen fotofobia.
La luz les deslumbra porque sus ojos no la filtran bien.
Las cosas van mejorando lentamente.
Gracias a la labor de concienciación.
Ahora, el gobierno de Tanzania persigue y juzga a todo aquel que atente contra un albino.
Existen diputados albinos en el parlamento.
Y cada vez más organizaciones les protegen mediante colegios especiales.
Evitando que sean raptados.
Todavía queda mucho por hacer.
Los pocos culpables juzgados, han recibido penas muy leves.
Siguen siendo conocidos como: Los blancos negros.
El 13 de junio se celebra el Día Internacional de sensibilización del Albinismo.
Una lucha constante para que el color no sea una condena grabada en la piel.
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