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Comentarios
La moraleja explícita de "Philomena" es la que oímos en boca de Henry Drummond en "La herencia del viento", sólo que en la película de Stanley Kramer la intención era ridiculizarla y en el guión de Steve Coogan, abrazarla: "Ya sabemos que la religión saca lo peor del ser humano, pero, bueno, peor es estar solo y enfadado." Ninguno de los ataques que Martin dirige contra las incongruencias y monstruosidades de la Iglesia queda sin contestación por parte de Philomena, la voz del conformismo más servil, y en esta contestación queda siempre zanjada la cuestión, puesto que no hay réplica de su interlocutor. Si a esto unimos el tono premeditadamente melodramático y el estilo general de telefilm de sobremesa para espectadores con arraigado instinto maternal...
You are welcome!
Genial el programa! Gracias Xela por tu recomendación :)
Gracias por contestar a mi duda! Sólo era curiosidad, está claro que es mejor que haya pequeños cortes casi imperceptibles que un festival de toses, estornudos y ruidos varios. La labor de edición: ese trabajo tan poco agradecido
Interesante polémica la de Gladiator. Intentaremos llegar a alguna conclusión la semana que viene durante el programa.
Imposibles de hacer. Ek de antes era yo, envié too fast.
"Gladiator" tiene la cualidad de todo peplum que se precie de serlo. Ser un peñazo insufrible. Aunque eso sí, es mejor que cosas como "Clash of the titans" y similares abominaciones. He visto " El poder del dinero". Es asombroso como la tecnología tiene apps para movil que nos facilitan la vida y que hasta el advenimiento de Apple eran imposible hacer, como grabar una conversación o leer un mapa.
Luego está el caso de la gente que no mira las calificaciones. A los pocos minutos de la proyección de "Mentiras y gordas"Ana de Armas dice "cómeme las tetas, méteme los dedos". Varias madres agarraron a sus hijas prepúberes de los pelos y se produjo una estampida que ríete tú de una llanura plagada de elefantes. Siceramente, no sé qué esperaban, la verdad aunque al finalizar el film me pregunté por qué no me había unido a ellas.
Con respecto a las calificaciones la cosa tiene tela. El otro día fui a ver finalmente Robocop (que me gustó muchísimo, por cierto), y entre el público había un matrimonio con una niña y un niño. La niña no creo que llegase a los 10 años, pero es que el niño no llegaría ni a los 5. "Lo más gracioso", porque de gracioso no tiene nada, es que el pobre muchachín debía tener el muelle flojo y tuvieron que llevarle a hacer pipí un par de veces. La primera vez salió la mamá con él, y manda narices que iba echándole la bronca. Y hablando de pis, con perdón, creí que no íbais a mencionar el rapado de cabeza de Harrison Ford en El poder del dinero, cuando salió la primera vez, me pegué tal susto que casi me lo hago encima. ¡La madre que...! Eso sí, el hermano de Thor muy bien. Ya es hora de que hagan pelis donde se enseñe chicha masculina porque sí. JAJAJA. La peli, un bodrio sin sentido. Y por último, yo también tengo anécdota "ronquidos". En mi caso fue en la peli de Orlando, y también hubo despiporre y cachondeo en grupo. Lo bueno fue oír roncar al abuelete de marras justo cuando salía Jimmy Somerville bajando del cielo vestido de angelito. ¡Qué estampa!
He recordado una anécdota que lo es por partida doble: Un día un señor con el típico perfil de ex-boxeador (enorme, nariz aplastada, etc) me pregunta en tono alto y cabreado: "¿trabaja usted en el cine!!?" Como un servidor es pequeño y cobarde estuve a punto de decirle "no señor, la chapa y la corbata son atrezzo", pero bueno, para que no nos tilden de poco profesionales le dije que sí, rezando para que no me marcara la cara. Estaba hecho una furia porque fue con sus dos hijas menores de edad a ver la peli española de "primos", que era no recomendada para menores de 7 años, pero según el padre la película, por escenas y tono, deberías ser +18. Respiré tranquilo porque le podía echar la culpa al ministerio, alegando que eso viene de arriba y que en España no se prohíbe la entrada a los cines por ese criterio. Es por eso que sobreviví a aquel día y que ahora os puedo contar esto. Para las pelis españolas hay cierta cantosa tendencia a bajar la calificación, pero esto era pasarse. La segunda parte de la anécdota fue cuando un inspector de cultura nos hizo una "visita", aproveché para preguntarle en qué se basaban para establecer las calificaciones, a lo que me contestó "normalmente le pedimos a un amiguete que vaya y la califique" (¿?¿?) Claro, luego pasan las cosas que pasan, que los pobres trabajadores del cine sufrimos las consecuencias de la marca España.