Supongo que si habéis llegado hasta aquí es porque ya escuchasteis el programa anterior. No creo que necesitéis que os repita cómo nos hemos metido en este absurdo ni cómo nos hemos llegado a convertir en una de las piezas más claves en esta partida geopolítica en la que sólo participan los más poderosos. No hace falta que os recuerde el nivel de autoridad y capacidad de influencia que ha llegado a alcanzar Generación Random en todo el planeta.
Y todo gracias a Assange y el pen drive codificado que le pasó a Dimoni. Después de su arresto, la información se desbloqueó y pudimos acceder a verdades que nunca creímos que pudieran ser posibles. Cuando empezamos a descubrir la vastedad del alcance de todos los archivos contenidos en el pen, lloramos como niños ante el descubrimiento más terrorífico de sus vidas.
Eran miles de archivos, sin relación aparente entre ellos: documentos oficiales, material censurado de la CIA, cables diplomáticos, versículos de biblias apócrifas…
Pero el contenido más importante era un conjunto de vídeos con las mejores 3 horas recopiladas de los momentos más destacables de Assange en la embajada. Había de todo, pajas de Assange, discusiones de Assange con una anciana muy servicial que parece su niñera, intentos ridículos de empezar algún deporte muy mal, cayéndose de forma muy graciosa, con efectos de sonido como de dibujos animados… Assange quedaba como el puto culo en esos videos. Era como si le hubieran puesto una cámara en la habitación a un puto niño rata durante 7 años.
Vamos, que en nuestras manos teníamos las herramientas necesarias para inclinar la balanza hacia cualquiera de los extremos: hacer públicos los videos de Assange y hundir wikileaks, o cargarnos a la CIA a la Iglesia y a toda esa peña chunga que hay por ahí.
Por supuesto, optamos por lo de sacar los videos de Assange, ya que, con el tema ese de que Generación Random se presenta a las elecciones por la Comunitat Valenciana, no estamos para que se remueva mucho la mierda en el poder. Nosotros sólo queremos pillar un poco de influencia, arrimarnos a la sombra del gobierno de turno, y parasitar un poquillo a las instituciones, que para eso están.
Pero bueno, lo peor vino después, cuando Assange se cabreó con nosotros y nos destrozó la puta vida. Pero eso pasó mientras estábamos grabando el episodio 3, así, que ya os enteraréis mañana de lo que pasó,
A la mierda.
Comentarios
Si queréis saber cual es mi opinión. Preguntadle a Fili sobre dicha cuestión, yo opinaré siempre lo contrario. La mortalidad es necesaria siempre. La gente con la vejez se vuelve siempre conservadora (con alguna excepción). Además tal y como pinta el panorama político (Aún no ha llegado el 28 de abril cuando escribo este comentario) seguro que si vivimos 400 años nos hacen jubilarnos a los 375.