L E C C I Ó N 195
L195 El Amor es el camino que recorro con gratitud.
L195.1 1 La gratitud es una lección muy difícil de aprender para aquellos que observan el mundo en forma equivocada. 2 Lo más que pueden hacer es considerar que están en mejor situación que los demás. 3 Y tratan de contentarse porque hay otros que aparentemente sufren más que ellos. 4 ¡Cuán tristes y lamentables son semejantes pensamientos! 5 Pues, ¿quién puede tener motivos para sentirse agradecido si otros no los tienen? 6 ¿Y quién va a sufrir menos por ver a otro sufrir más? 7 Debes estarle agradecido únicamente a Aquel que hizo desaparecer todo motivo de sufrimiento en todo el mundo.
L195.2 8 Es demencia dar gracias por el sufrimiento. 9 Pero es igualmente demencia no estarle agradecido a Uno Que te ofrece los medios seguros por los cuales todo dolor se cura y todo sufrimiento queda reemplazado por risa y felicidad. 10 Ni siquiera los que están parcialmente cuerdos podrían negarse a dar los pasos que Él indica, ni dejar de seguir el camino que Él les señala, a fin de escapar de una prisión que creían que no tenía puerta de salida a la liberación que ahora perciben.
L195.3 11 Tu hermano es tu "enemigo" porque lo ves como el rival de tu paz: el saqueador que te roba tu alegría y no te deja nada salvo una negra desesperación, tan amarga e implacable que acaba con toda esperanza. 12 Lo único que ahora te queda es el deseo de vengarte. 13 Lo único que ahora puedes hacer es tratar de derribarlo para que yazga contigo en la muerte, tan impotente como lo estás tú y con tan poco que agarrar tanto en sus dedos como en los tuyos.
L195.4 14 Tú no vas a dar gracias a Dios porque tu hermano esté más esclavizado que tú, como tampoco podrías, en tu sano juicio, molestarte si él parece ser más libre que tú. 15 El Amor no hace comparaciones. 16 Y la gratitud sólo puede ser sincera si va acompañada de Amor. 17 Le damos gracias a Dios, Nuestro Padre, porque en nosotros todas las cosas encontrarán su libertad. 18 Es imposible que algunas puedan liberarse mientras otras permanezcan cautivas 19 pues, ¿quién puede regatear en nombre del Amor?
L195.5 20 Por lo tanto, da gracias, pero con sinceridad. 21 Y permite que en tu gratitud haya cabida para todos los que se van a escapar contigo: los enfermos, los débiles, los necesitados y los que tienen miedo, así como los que lloran lo que parece ser una pérdida aparente o sufren un aparente dolor, los que pasan frío o hambre, o los que caminan por el sendero del odio y la senda de la muerte. 22 Todos ellos te acompañan. 23 No nos comparemos con ellos pues de hacerlo, los estaríamos separando de nuestra concienciación de la unidad que realmente compartimos con ellos, de la misma manera que ellos necesariamente la comparten con nosotros.
L195.6 24 Damos gracias a Nuestro Padre sólo por una sola cosa: por no estar separados de ninguna cosa viviente y, por lo tanto, porque somos realmente Uno con Él. 25 Y nos regocijamos de que nunca puedan hacerse excepciones que menoscaben nuestra completitud o inhiban o alteren en modo alguno nuestra función de completar a Aquel que en Sí Mismo es la Compleción. 26 Damos gracias por cada cosa que vive pues, de otra manera, no estaríamos dando gracias por nada y estaríamos dejando de reconocer los dones que Dios nos ha dado.
L195.7 27 Así pues, permitamos que nuestros hermanos reclinen sus fatigadas cabezas sobre nuestros hombros mientras descansan un rato. 28 Damos gracias porque ellos se encuentren ahí. 29 Pues si podemos dirigirlos a la paz que nosotros mismos queremos encontrar, el camino quedará por fin despejado para nosotros. 30 Una antigua puerta cerrada vuelve a abrirse; una Palabra —hace tiempo olvidada— resuena de nuevo en nuestra memoria y cobra mayor claridad al estar dispuestos una vez más a escuchar.
L195.8 31 Recorre, pues, con gratitud el camino del Amor. 32 Pues olvidamos el odio cuando dejamos a un lado las comparaciones. 33 ¿Qué otros obstáculos para la paz quedarían entonces? 34 El miedo a Dios por fin ha sido deshecho y ahora perdonamos sin hacer comparaciones. 35 Al hacerlo, no podemos decidir pasar por alto algunas cosas, mientras retenemos bajo llave otras que seguimos considerando como "pecados". 36 Cuando hayas perdonado totalmente, sentirás total gratitud, pues te darás cuenta de que todas las cosas se han ganado el derecho a ser amadas por ser amorosas, incluyendo Tu propio Yo.
L195.9 37 Hoy aprendemos a pensar con gratitud en vez de con ira, malicia y venganza. 38 Todo nos ha sido dado. 39 Si nos negamos a reconocer esto, no tenemos derecho a sentirnos amargados ni a percibir que estamos en un lugar donde se nos persigue despiadadamente y se nos acosa sin cesar, o donde se nos atropella sin el menor pensamiento o consideración por nosotros o por nuestro futuro. 40 La gratitud se convierte en el único pensamiento con el cual substituimos estas percepciones dementes. 41 Dios nos ha cuidado y nos llama Hijo a cada uno. 42 ¿Acaso puede haber algo mejor que eso?
L195.10 43 Nuestra gratitud allanará el camino que nos conduce a Él y acortará la duración de nuestro aprendizaje mucho más de lo que nunca podrías haber soñado. 44 La gratitud y el Amor van de la mano, y allí donde uno de ellos se encuentra el otro tiene que estar allí también. 45 Pues la gratitud no es sino un aspecto del Amor, que es la Fuente de toda la Creación. 46 Dios te da las gracias a ti, Su Hijo, por ser Lo que realmente eres: Su Propia Compleción y la Fuente del Amor, conjuntamente con Él. 47 Tu gratitud hacia Él es la misma que la Suya hacia ti. 48 Pues el Amor no puede recorrer ningún camino que no sea el de la gratitud, y ése es el camino que recorremos los que nos encaminamos hacia Dios.
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