L E C C I Ó N 65
L65 Mi única función es la que Dios me dio.
L65.1 1 La idea de hoy reafirma tu compromiso con la salvación. 2 También te recuerda que no tienes otra función que ésta. 3 Ambos pensamientos son obviamente necesarios para comprometerte totalmente. 4 La salvación no podrá ser tu único propósito mientras sigas dándole valor a otros. 5 Aceptar plenamente la salvación como tu única función acarrea necesariamente dos fases: reconocer que la salvación es tu función, y renunciar a todas las demás metas que tú mismo te has inventado. 6 Ésta es la única manera en que
puedes ocupar tu legítimo lugar entre los salvadores del mundo. 7 Ésta es la única manera en que puedes decir, y decirlo con seriedad: "Mi única función es la que Dios me dio". 8 Y ésta es la única manera en que tu mente puede estar en paz.
L65.2 9 Hoy y durante los próximos días, tómate de diez a quince minutos para un período de práctica más sostenido, durante el cual vas a tratar de comprender y aceptar lo que la idea de hoy significa realmente. 10 Ella te ofrece la escapatoria de todas las dificultades que percibes. 11 Pone en tus propias manos la llave216 que abre la puerta de la paz, la cual cerraste sobre ti mismo. 12 Te da la respuesta a todo lo que has estado buscando desde que el tiempo comenzó.
L65.3 13 En la medida de lo posible, trata de realizar las prácticas diarias más prolongadas a la misma hora todos los días. 14 Asimismo, trata de fijar esa hora hoy de antemano, y de ser tan puntual como te sea posible.
L65.4 15 El propósito de esto es organizar tu día de tal manera que reserves tiempo para Dios, así como para todos los propósitos y metas triviales que vas a perseguir. 16 Esto es parte del entrenamiento a largo plazo que tu mente necesita para adquirir disciplina, de modo que el Espíritu Santo pueda
valerse de ella de manera coherente para el propósito que comparte contigo.
L65.5 17 Durante la práctica más prolongada, comienza repasando la idea de hoy. 18 Luego cierra los ojos y repite la idea interiormente una vez más, observando tu mente con gran detenimiento a fin de captar cualquier pensamiento
que pase por ella.
L65.6 19 Al principio, no trates de concentrarte exclusivamente en aquellos pensamientos que estén relacionados con la idea de hoy. 20 Más bien, trata de poner al descubierto cada pensamiento que surja para obstaculizarla. 21 Con el menor apego o interés posible, toma nota de cada uno de ellos
según se te presente, desechándolos uno a uno a medida que te dices a ti mismo:
L65.7 22 Este pensamiento refleja una meta que me está impidiendo aceptar mi única función.
L65.8 23 Después de un rato, te resultará más difícil detectar pensamientos que causen interferencia. 24 No obstante, sigue tratando de detectarlos durante un minuto más o menos, intentando captar algunos de los pensamientos inútiles que previamente habían eludido tu atención, pero sin afanarte o esforzarte innecesariamente al hacerlo. 25 Luego, dite a ti mismo:
L65.9 26 Que en esta pizarra limpia quede escrita mi verdadera función.
L65.10 27 No es preciso que uses estas mismas palabras, pero trata de experimentar la sensación de estar dispuesto a que tus propósitos ilusorios sean reemplazados por la Verdad.
L65.11 28 Finalmente, repite la idea de hoy una vez más, y dedica el resto de la práctica a reflexionar sobre la importancia que esta idea tiene para ti, el alivio que su aceptación te ha de traer al resolver todos tus conflictos de una vez por todas, y lo mucho que realmente quieres salvarte, a pesar de tus absurdas ideas en contra.
L65.12 29 En las prácticas más cortas, que deberías hacer por lo menos una vez cada hora, al aplicar la idea de hoy, utiliza el siguiente modelo:
L65.13 30 Mi única función es la que Dios me dio. 31 No quiero otra ni tengo otra.
L65.14 32 Al practicar esto, cierra los ojos unas veces, y otras, mantenlos abiertos mientras miras a tu alrededor. 33 Es lo que ahora ves lo que cambiará totalmente, cuando aceptes sin reservas la idea de hoy.
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