L E C C I Ó N 74
L74 No hay otra voluntad que La de Dios.
L74.1 1 La idea de hoy se puede considerar como el pensamiento central hacia el cual se dirigen todos nuestros ejercicios. 2 La de Dios es la única Voluntad que hay. 3 Cuando reconozcas esto, habrás reconocido también que tu voluntad es realmente La Suya. 4 La creencia de que el conflicto es posible habrá desaparecido. 5 La paz habrá reemplazado a la extraña idea de que puedes ser atormentado por metas que están en conflicto entre sí. 6 En cuanto que expresión de la Voluntad de Dios, no tienes realmente otra meta que la Suya.
L74.2 7 Hay mucha paz en la idea de hoy, 8 y los ejercicios de hoy están orientados a encontrarla. 9 La idea en sí es completamente verdadera. 10 Por consiguiente, no puede dar lugar a ilusiones, 11 y sin ilusiones no hay posibilidad de conflicto. 12 Tratemos hoy de darnos cuenta de esto, y de experimentar la paz que nos aporta reconocer esto.
L74.3 13 Comienza las prácticas más largas con los pensamientos que siguen, repitiéndolos varias veces, lentamente y con la firme determinación de comprender su significado y de retenerlos en mente:
L74.4 14 No hay otra voluntad que La de Dios.
15 No puedo estar en conflicto.
L74.5 16 Luego, dedica varios minutos a añadir pensamientos relacionados, tales como:
L74.6 17 Estoy en paz.
18 Nada me puede perturbar realmente.
19 Mi voluntad es realmente La de Dios.
20 Por consiguiente, mi voluntad y La de Dios son Una.
21 Dios quiere la paz para Su Hijo.
L74.7 22 Durante esta fase introductoria, asegúrate de hacer frente en seguida a cualquier pensamiento conflictivo que pueda cruzar tu mente. 23 Di de inmediato:
L74.8 24 No hay otra voluntad que La de Dios.
25 Estos pensamientos conflictivos no significan nada.
L74.9 26 Si hay alguna área conflictiva que parece ser particularmente difícil de resolver, apártala para examinarla con mayor detenimiento. 27 Piensa brevemente en ella, aunque de manera muy concreta, identificando la persona
o personas en cuestión y la situación o situaciones de que se trate, y di interiormente:
L74.10 28 No hay otra voluntad que La de Dios.
29 Yo La comparto con Él.
30 Mis conflictos con respecto a ____ no pueden ser reales.
L74.11 31 Después de que hayas despejado tu mente de esta manera, cierra los ojos y trata de experimentar la paz a la que tu realidad256 te da derecho. 32 Sumérgete en ella y siente cómo te va envolviendo. 33 Puede que te asalte la tentación de confundir este intento con el de retraerte, pero la diferencia
entre ambos es fácilmente detectable. 34 Si lo estás logrando, sentirás una profunda sensación de alegría y una mayor agudeza mental, en vez de somnolencia y nerviosismo. 35 La alegría caracteriza la paz. 36 Cuando experimentes alegría, te darás cuenta de que has alcanzado la paz.
L74.12 37 Si sientes que te estás deslizando hacia el retraimiento, repite rápidamente la idea de hoy y vuelve a intentarlo. 38 Hazlo cuantas veces sea necesario.
39 Con toda seguridad vas a ganar, si te niegas a dejarte caer en el retraimiento, aun si no llegas a experimentar la paz que andas buscando.
L74.13 40 En las sesiones más cortas —que hoy deberían realizarse a intervalos regulares predeterminados— di interiormente:
L74.14 41 No hay otra voluntad que La de Dios.
42 Hoy busco Su Paz.
L74.15 43 Luego, trata de hallar lo que buscas. 44 Dedicar uno o dos minutos cada media hora a hacer este ejercicio —con los ojos cerrados a ser posible— serían momentos bien empleados a lo largo de este día.
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