L E C C I Ó N 97
L97 Soy Espíritu428.
L97.1 1 La idea de hoy te identifica con tu Yo, Que es Uno. 2 No acepta una identidad dividida, ni trata de entretejer en una sola unidad factores opuestos entre sí. 3 Sencillamente, declara la Verdad. 4 Hoy practica esta Verdad tan a menudo como puedas, pues transportará tu mente desde el conflicto a los tranquilos campos de la paz. 5 Al hacerlo, ni el más leve escalofrío de miedo podrá manifestarse, pues tu mente habrá sido absuelta de la locura al haber abandonado las ilusiones de una identidad escindida.
L97.2 6 Volvemos a declarar la Verdad acerca de tu Yo, el santo Hijo de Dios Que mora en ti, cuya mente ha sido restituida a la cordura. 7 Eres realmente el Espíritu, dotado amorosamente con todo el Amor, la Paz y la Alegría de tu Padre. 8 Eres realmente el Espíritu Que Lo completa y Que comparte Su Función de Creador. 9 Tu Padre está siempre Contigo, tal como Tú estás con Él.
L97.3 10 Hoy trataremos de acercar todavía más la Realidad a tu mente. 11 Cada vez que practiques, la concienciación que tienes de Ella se acercará al menos un poco más, ahorrando a veces mil años o más. 12 Los minutos que dediques a esta práctica se multiplicarán una y otra vez, pues el milagro hace uso del tiempo, aunque no esté regido por él. 13 La salvación es un milagro, el primero y el último; el primero que es el último, pues es uno.
L97.4 14 Tú eres el espíritu en cuya mente mora el milagro en el que se detiene el tiempo; el milagro en el que un minuto que le dediques a practicar estas ideas se convierte en un lapso de tiempo infinito y que no tiene límite. 15 Así que da estos minutos de buena gana, y cuenta con Aquel que prometió infundirlos de intemporalidad. 16 Él respaldará con toda Su fuerza cada pequeño esfuerzo que hagas.
L97.5 17 Dale los minutos que necesita hoy, para ayudarte a comprender con Él que eres el Espíritu Que mora en Él; el Que hace un llamamiento a to-das las cosas vivientes a través de Su Voz; el Que ofrece Su visión a todo aquel que se la pide; el que reemplaza el error con la sencilla Verdad.
L97.6 18 El Espíritu Santo se alegrará de tomar cinco minutos de cada hora de tu tiempo, para llevarlos alrededor de este afligido mundo, donde dolor y miseria parecen gobernar. 19 Él no pasará por alto ni una sola mente receptiva dispuesta a aceptar los presentes curativos que traen esos minutos, y los depositará en todos los sitios donde Él sabe que serán bienvenidos. 20 Y éstos aumentarán su poder curativo cada vez que alguien los acepte como sus propios pensamientos y los use para curar.
L97.7 21 De esta manera, cada presente que Le entregues se multiplicará miles y miles de veces más. 22 Y cuando ese presente te sea devuelto, sobrepasará en poderío el pequeño presente que habías entregado, tal como el resplandor del sol es infinitamente más potente que el pequeño destello que emite la luciérnaga en un fugaz instante, para luego apagarse. 23 El constante resplandor de esta luz permanecerá y te guiará fuera de la oscuridad, y nunca serás capaz de volver a olvidar el camino.
L97.8 24 Comienza estos alegres ejercicios con las palabras que el Espíritu Santo te dice a continuación, dejando que su eco reverbere por todo el mundo por medio de Él:
L97.9 25 Espíritu soy, un santo Hijo de Dios; libre de toda limitación, a salvo, curado y completo; libre para perdonar y libre para salvar al mundo.
L97.10 26 Expresado por medio de ti, el Espíritu Santo aceptará este presente que recibiste de Él, aumentando su poder para luego devolvértelo.
L97.11 27 Ofrécele gustosamente cada práctica de hoy. 28 Y Él te hablará, recordándote que eres Espíritu, realmente Uno con Él y con Dios, con Tus Hermanos y tu Yo. 29 Escucha Su certeza cada vez que pronuncies las palabras que hoy te ofrece, y permítele que diga a tu mente que son verdad.
L97.12 30 Utilízalas contra cualquier tentación, y también para evitar las lamentables consecuencias que la tentación trae consigo, si sucumbes a la creencia de que eres otra cosa. 31 Hoy el Espíritu Santo te aporta la paz. 32 Recibe Sus palabras y ofréceselas a Él.
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