Moby Dick Voz Humana [1de1]

Tenemos mucho gusto en presentarte y compartirte de herman melville moby de llámame por favor ismael si no te importe hace algunos años con muy poco dinero en el bolsillo y con nada que me interesara en tierra decidí embarcarme siempre que me encuentro con el ceño fruncido siempre que se apodera de mi la hipocondría o siento un irresistible deseo de aplastar el sombrero de los transeúntes que se cruzan conmigo sé que ha llegado el momento de lanzarme al mar lo antes posible si todos los hombres pudieran darse cuenta de las excelencias del remedio estoy seguro de que alguna vez sentirían lo mismo que yo respecto al mar si todo el mundo sabe que el agua y la meditación están íntimamente ligadas todo el en el universo y en el arte nos conduce en última in estancia piénsenlo bien al agua a eso nos conduce yo me hago a la mar no lo hago como turista ni en calidad de capitán almirante o cocinero rechazó toda clase de responsabilidad trabajo y dolores de cabeza por muy honorables que sea lo hago como simple marinero dispuesto a convivir con la tripulación y a escalar como el primero el mástil mayor hasta las velas más altas es cierto que en este cargo te hacen ir de la ceca a la meca lo mismo que un saltamontes en una botella de vidrio y que esto resulta un tanto desagradable sobre todo si uno procede de una familia de renombre en tierra les aseguro que el paso de maestro a marinero requiere una gran devoción la étnica y a los filósofos estoicos para poderlo llevar con buen ánimo porque con frecuencia el capitán me ordena también ponerme a barrer la cubierta pero volviendo a la idea del por qué me embarcó como marinero les diré que lo hago porque insisten en pagarme por ello cosa que nunca hacen con los turistas al contrario los turistas tienen que pagar por embarcarse lo que no puedo ver con mucha claridad es la razón que me impulsó a embarcarme en un buque probablemente tome esta decisión a causa de la impresionante imagen de la ballena ese portentoso y misterioso monstruo que despertó mi curiosidad metí un par de camisas en mi saco de viaje y emprendí la marcha hasta el cabo de hornos y el pacífico luego de abandonar la excelente ciudad de manhattan llegué a new bedford un sábado por la noche del mes de diciembre me sentí contrariado al saber que el bote ya había partido y que no podría llegar a aquel lugar hasta nantucket sino hasta el lunes siguiente había decidido embarcarme en un buque a nantucket porque había algo maravilloso relacionado con esa ysla aunque new bedford ha monopolizado últimamente la industria de la caza de la ballena y la vieja en nantucket se ha quedado muy atrás la isla es el lugar de su comienzo el lugar donde la primera ballena americana fue apresada por los balleneros aborígenes sí por los pieles rojas tenía ante mí la perspectiva de pasar una noche un día y otra noche en new bedford hasta poder embarcarme para nantucket de modo que me pregunté dónde podría hospedarme mientras tanto era una noche oscura fría y desoladora no conocía a nadie en la ciudad en mis bolsillos sólo había unas pocas monedas de plata anduve con pasos indecisos por las calles hasta que me detuve ante un letrero de los dos arpones cruzados pero el lugar me pareció muy caro así es que seguí adelante en bety por los callejones que conducían hacia el puerto pensando que por ahí encontraría en las posadas más baratas qué calles tan tristes y desoladoras ambos lados parecían levantarse más que casas bloques de tinieblas rotas de trecho en trecho por la vacilante luz de una vela que aparecía por alguna ventana aquellas horas de la noche aquel barrio parecía totalmente desierto al fin llegué ante una luz débil que brillaban