https://sites.google.com/site/correoseguroenergialibreba/Maria%2BTreben%2B-%2BSalud%2Bde%2Bla%2BBotica%2Bdel%2BSe%C3%B1or.pdf?attredirects=0&d=1
ORTIGA MAYOR (Urtica dioica)
Un médico dijo una vez en una conferencia de radio que la Ortiga era una de nuestras
mejores plantas medicinales. Si la humanidad supiera lo eficaces que son sus virtudes
curativas, no cultivaría otra cosa que Ortigas. Pero desgraciadamente lo saben muy
pocos.
La Ortiga es medicamentosa desde la raíz, pasando por los tallos y las hojas, hasta la flor.
En la antigüedad ya gozaba de gran prestigio. Albrecht Dürer (1471-1528) pintó un ángel
que vuela hacia el trono del Altísimo con una rama de Ortiga en la mano. El sacerdote
suizo Künzle señala en sus escritos que la Ortiga ya se habría extinguido si no fuera por el
escozor que produce a quien la toca. Insectos y otros animales ya la hubieran hecho
desaparecer. A una madre de siete hijos que padecía desde su último parto
continuamente de eczemas, le aconsejé que bebiera infusión de Ortiga. En poco tiempo
desapareció su mal y al mismo tiempo el dolor de cabeza que lo acompañaba. Como la
Ortiga es un buen remedio contra la arenilla renal y urinaria, le dije a la mujer que siguiera
tomando la infusión, ya que yo suponía que desde su último embarazo tenía los riñones
trastornados. Las afecciones renales van frecuentemente acompañadas de agudos
dolores de cabeza. Los eczemas se tienen que combatir por vía interna con hierbas que
depuren la sangre, porque suelen ser de origen interno. Así que la mujer se liberó al poco
tiempo tanto de sus eczemas como de los dolores de cabeza. La Ortiga es nuestra mejor
planta para purificar la sangre y al mismo tiempo para activar su formación. Siendo un
buen estimulante del páncreas, la infusión de Ortiga hace rebajar el azúcar en la sangre.
Cura también enfermedades e inflamaciones de las vías urinarias así como la retención de
orina. Como estimula la evacuación del vientre, esta planta es muy aconsejable para las
curas primaverales de purificación.
Desde que conozco las cualidades terapéuticas de la Ortiga, he tomado la costumbre de
hacer curas de tisana de 4 semanas, en primavera con los primeros retoños y en otoño,
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después de la segunda siega, cuando vuelven a salir los brotes. Suelo beber por la
mañana en ayunas, media hora antes de desayunar, 1 taza, y durante el día voy bebiendo
2 ó 3 tazas a sorbos. La taza que tomo en ayunas también la bebo a traguitos para que
haga más efecto. Después de una de estas curas me siento la mar de bien y cada vez
tengo la sensación de poder abarcar tres veces más de lo corriente. Mi familia y yo no
necesitamos desde hace años ningún medicamento, y me siento flexible y joven. Además
la tisana de Ortiga sabe bastante bien. Se toma sin azúcar. Personas de gusto delicado
pueden añadirle un poco de manzanilla o menta para darle más sabor. La medicina
popular recomienda la Ortiga en forma de curas de tisana de varias semanas contra
afecciones del hígado y de la bilis, enfermedades del bazo e incluso tumor del bazo,
catarros del estómago y de las vías respiratorias, convulsiones y úlceras estomacales,
úlceras intestinales y enfermedades del pulmón.
Para conservar todos los principios activos de la Ortiga, hay que procurar no hervirla.
Como profiláctico se bebe sólo una taza por día durante todo el año. Así combate también
las enfermedades por virus e infecciones de bacterias.
A partir de una cierta edad se presentan determinadas consecuencias por falta de hierro:
cansancio y agotamiento. Uno se siente viejo y menos capaz. En este caso proporciona la
Ortiga fresca, por su contenido en hierro, los mejores resultados. Nos ayuda a superar
estos trances difíciles de la vida. Después de una cura de tisana de Ortiga se recupera
uno relativamente pronto. Vuelven la energía y la voluntad de trabajar e incluso mejora el
aspecto físico.
Un día vino a verme una mujer joven anémica que además padecía del estómago y de la
hiel y tenía continuamente fuertes dolores de cabeza. Le recomendé la tisana de Ortiga. Al
cabo de un tiempo me encontré con ella por casualidad. Llena de alegría me contó qué
rápido le había ayudado la Ortiga. Desde entonces toda su familia utilizaba con
admiración esta planta extraordinaria. La Ortiga también es un remedio contra la
hidropesía por sus virtudes diuréticas. Como favorece la formación de la sangre ayuda en
casos de clorosis, anemia y otras afecciones graves de la sangre. Junto con otras hierbas
medicinales se emplea la Ortiga con mucho éxito para combatir la leucemia (véase pag.
92 bajo »Leucemia«). Quien padezca cualquier clase de alergia (p. ej. fiebre del heno) que
tome durante una temporada tisana de Ortiga.
La Ortiga rebaja la propensión a resfriarse y cura enfermedades gotosas y reumáticas.
Una señora que conocía, había estado durante tres años con ciática muy dolorosa bajo
tratamiento médico. Después de tomar durante un año un total de 6 baños de cuerpo con
200 gramos de Ortiga, desaparecieron todos los dolores.
Hace algún tiempo conocí a una señora de unos 50 años, que por su escasez de cabello
llevaba una peluca. De esta manera hubiera acabado pronto con el resto de su cabello. Yo
le dije que se lavara la cabeza con un cocimiento de Ortiga fresca y además con uno de
raíces de Ortiga. La mujer siguió mi consejo y de semana en semana se pudo ver cómo
su cabello crecía y se restablecía.
Muy agradable y de gran provecho para todo tipo de cabello es el masaje con tintura de
Ortigas, hecha de las raíces que se excavan en primavera u otoño, y muy fácil de preparar
(Véase bajo Modos de preparación »Lavado de cabeza« y »Tintura de Ortigas«). Yo
misma me froto cada día la cabeza (cuero cabelludo) con esta tintura y me la llevo incluso
cuando voy de viaje o a conferencias. El buen resultado es visible: El cuero cabelludo está
libre de caspa, el cabello crece en abundancia y es suave y brillante.
La Ortiga también se emplea con eficacia para curar vasoconstricciones. Muchas de las
personas que padecen esa enfermedad podrían evitar la amputación de la pierna, si
hicieran a tiempo pediluvios con raíces de Ortiga (Véase en Modos de preparación).
Cada calambre o espasmo, venga de donde sea, se debe a un trastorno de la circulación
de la sangre. En estos casos se recomiendan baños y abluciones con cocimientos de
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Ortiga. Lo mismo vale en el caso especial de la vasoconstricción coronaria. El enfermo se
inclina sobre la bañera y se lava con un cocimiento de Ortiga tibio la zona del corazón,
dándose suaves masajes.
Una señora de Bavaria que tenía 51 años padecía desde hacía 28 años de una fístula y
últimamente había empeorado considerablemente. El profesor que la examinó estaba en
duda sobre el resultado de una operación, dado que la fístula se encontraba en la cara
sobre el pómulo. En 1978 consultó esta infeliz mujer a un curandero, que sobre todo se
mostró comprensivo. Le ordenó una alimentación a base de verdura y fruta cruda, un
régimen de respiración curativa y psicocibernética. La mujer mejoró pero no se curó. En
marzo de 1979 empezó a recolectar ella misma las primeras Ortigas y bebió cada día 3
tazas de infusión, mezclada cada una con una cucharadita de la tintura de Hierbas
Suecas. El 28 de noviembre de 1979 me escribe: »Dentro de los siguientes 15 días se
cicatrizó mi fístula de la mejilla y los dolores habían desaparecido por completo. Y así ha
quedado todo hasta hoy«.
Me llena de alegría el hecho de que tanta gente haya podido comprobar con su propio
cuerpo las virtudes medicinales de la Ortiga.
Por ejemplo me escribió hace poco una mujer diciendo que había tomado durante varios
meses cada día tisana de Ortiga con el resultado que se le quitó toda clase de
agotamiento y cansancio, a pesar de su duro trabajo cotidiano, y además desapareció un
ojo de pollo lleno de pus, que le había causado dolores hasta el muslo, y que por estar
recargada de trabajo no había podido curar; también desapareció una micosis de la uña
(hongo) que hubiera tenido que dejarse operar pero nunca pudo decidirse. ¡ Para que se
vea cómo cura la buena Ortiga, limpiando y reconstituyendo la sangre! No se debe cesar
de llamar la atención sobre ella.
Otra mujer me escribió que la Ortiga la curó de un eczema que la había hecho sufrir
muchos años. Cartas como éstas son rayos de esperanza en mi vida. Me demuestran que
nuestras buenas hierbas medicinales no dejan nunca de ayudarnos, sea donde sea.
Una vez vino a verme un hombre de cierta edad, con lágrimas en los ojos. Me contó que
hacía tres años cogió una gripe y desde entonces tenía la orina de color marrón oscuro y
sufría de dolores de cabeza insoportables. La cantidad de tabletas que tomaba así como
las inyecciones que le daban últimamente para la cabeza no le ayudaban. Al contrario, el
dolor de cabeza había aumentado de tal manera que el hombre estaba a punto de
suicidarse. Yo le di ánimo y le aconsejé que tomara tisana de Ortiga recién cogida — 2
litros y medio a lo largo de todo el día. Al cabo de cuatro días me anunció por teléfono que
los dolores de cabeza habían desaparecido por completo. Más tarde supe que después de
la cura de Ortiga se encontraba mejor que antes de la gripe. ¡Aproveche usted también los
primeros brotes de la Ortiga, sobre todo en la primavera, y haga con ellos una cura de
depuración! Se quedará sorprendido de lo bien que le sentará.
Una monja de la orden de Santa Isabel siguió igualmente mis consejos y se admiró del
buen resultado. Las manchas que tenía en la parte de la barriga y de los riñones,
acompañadas de un fuerte picor, que no llegaban a curarse, se le quitaron al poco tiempo
gracias a la tisana de Ortiga junto con una dieta para el hígado. En un caso parecido
también ayudó rápidamente la tisana de Ortiga.
De una carta de Carintia cito las siguientes palabras: »Infinitas gracias por la ayuda
inestimable que tuve por sus consejos. En los 19 años que duró mi enfermedad estuve en
muchas clínicas neurológicas de toda Austria. Ningún médico pudo decirme lo que tenía,
ni mucho menos ayudarme. He bebido durante una semana tisana de Ortiga y como por
milagro ha desaparecido mi enfermedad como si jamás la hubiera tenido. ¡ Dios se lb
pague!« Los hechos que acabo de presentar demuestran lo rápido
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que pueden ayudar nuestras hierbas medicinales. Pero hay que tener en cuenta que en el
caso de enfermedades graves no ayuda una sola taza diaria, sino que hay que beber por
lo menos 2 litros, a sorbos, a lo largo del día.
Una comerciante me contó que cada vez que se iba de excursión o de viaje, incluidos los
viajes de negocios, se llevaba un termo con tisana de Ortiga. Para ella es un remedio
insustituible. No solo quita la sed, mejor que otra bebida, sino que refresca y combate el
cansancio.
Otra indicación de interés: Contra los dolores de ciática, lumbago y neuritis de los
miembros se emplean las Ortigas recién arrancadas, vivas, rozando con ellas suavemente
las partes dolorosas. En el caso de ciática, por ejemplo, se sacude la planta fresca
suavemente y despacio sobre la piel, empezando por el tobillo y siguiendo la parte exterior
de la pierna hasta la cadera y desde allí pasando por la parte interior de la pierna hasta el
talón del pie. Esto se repite dos veces y finalmente se da una pasada de la cadera hacia
abajo y a través de las nalgas. En otras partes afectadas se procede de la misma manera.
Al final se echan polvos de talco. -- ¿No tenemos que agradecerle al Señor el habernos
dado una planta tan milagrosa? Hoy en día, todos van con prisas y no hacen caso de esta
planta; prefieren tomar sedativos y esto en cantidades exageradas. Sin embargo, estas
hierbas tan buenas, que han caído en olvido, son muchas veces el único remedio.
Finalmente quisiera añadir otra experiencia que tuve y que me impresionó mucho. En
nuestra pequeña ciudad conocí a una señora mayor que me contó que el médico le había
diagnosticado cáncer de estómago. A causa de su edad avanzada no se decidió a
operarse. En esto, alguien le aconsejó que tomara tisana de Ortiga. Así que cada día iba a
su huerto y cogía un puñado de Ortigas, que se criaban en gran cantidad a lo largo de la
valla. Cuando después de algún tiempo fue a ver al médico, éste preguntó sorprendido:
»¿Pero usted se ha operado? ¡Si no se ve ninguna cicatriz!» Las excrecencias cancerosas
habían desaparecido del todo y la anciana pudo gozar de una vejez tranquila. Pero no es
necesario que lleguemos hasta tal punto, porque nunca podrá formarse un tumor maligno
si ingerimos en intervalos regulares los maravillosos poderes de nuestra Ortiga en forma
de infusión.
Por último otro buen consejo: Empiece a partir de hoy con una cura de Ortiga. Las hierbas
desecadas se venden en cada farmacia o herboristería. ¡Que vuelvan las plantas
medicinales a nuestras casas! ¡ Decídase! ¡ Cuando llegue la primavera póngase unos
guantes, coja sus tijeras y salga a la divina naturaleza! Es una gran satisfacción coger uno
mismo las Ortigas al aire libre. La experiencia ha demostrado que cuanto más frescas son
las plantas, más eficacia tienen. No olvide de proveerse para el invierno: para este
propósito debería cogerlas en mayo. ¡Alégrese de que sea capaz de hacer usted mismo
algo por su salud!
Un lector alemán escribe: »Mi vecino utiliza la Ortiga para exterminar insectos y parásitos
de su huerto. Mete una gran cantidad de Ortigas en un depósito de unos 300 litros con
agua (naturalmente se puede hacer menos) y las deja bastante tiempo en remojo. Con
esta agua de Ortigas riega repetidas veces sus plantas y así las mantiene libres de
insectos sin tener que utilizar productos químicos. Incluso las zanahorias ya no tienen
gusanos.« — Desgraciadamente hay algunos campesinos que sirviéndose de herbicidas
han empezado a eliminar las Ortigas que se crían a orillas de bosques y praderas, lejos de
carreteras y otros orígenes de contaminación. Los venenos peligrosos para el hombre
llegan de este modo hasta los rincones más salvajes de los bosques. Ni siquiera piensan
que con estos métodos matan también pájaros e insectos. Es una lástima que los
campesinos no sigan cortando las Ortigas con sus guadañas. ¡Qué ciegos nos hemos
vuelto!
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MODOS DE PREPARACION
Infusión: 1 cucharadita llena para 1/4 de litros de agua, sólo escaldar, dejar reposar
brevemente.
Tintura: Las raíces, que se excavan en primavera o en otoño, se limpian con un
cepillo, se trituran y se meten en una botella. Cubierto todo con aguardiente de 38-40° se
deja 15 días al sol o cerca de una fuente de calor.
Baños de pies: Dos puñados de Ortigas frescas (tallos y hojas) y dos puñados de raíces
bien limpias se ponen durante la noche en 5 litros de agua a remojo; al día siguiente se
calienta todo hasta que rompa a hervir. Los pies se bañan sin sacar las plantas, y lo más
caliente que se pueda soportar. Este baño se puede utilizar dos o tres veces, si se vuelve
a calentar.
Lavado de cabeza: De 8 a 10 puñados de Ortigas frescas o desecadas se ponen en una
olla con unos 5 litros de agua y se calienta todo a fuego lento. Cuando empiece a hervir se
retira del fuego y se deja reposar 5 minutos. Si se emplean raíces, hay que poner dos
puñados con agua fría a remojo, calentarlas al día siguiente hasta que comiencen a hervir
y dejarlo reposar todo 10 minutos. ¡Utilice jabón duro!
ORTIGA MUERTA AMARILLA (Lamium galeobdolon)
Esta planta se cría en los bosques húmedos, en los ribazos, junto a-los sotos y vallados,
en los lugares incultos inmediatos a las habitaciones humanas, es decir, en los mismos
sitios en que suele crecer la Ortiga. Florence en abril y mayo, en las regiones altas, más
tarde.
De la cepa vivaz brotan unos tallos empinados que alcanzan unos 50 cm. de altura con las
hojas opuestas de figura ovalada y con grandes dientes en los bordes. Las flores se
aglomeran los encuentros de las hojas, agrupadas en forma de rodajuelas. Se recolectan
las hojas y las flores.
La Ortiga blanca (Lamium album) es, al igual que la amarilla, una planta medicinal de gran
prestigio. Florece de mayo hasta octubre a orillas de los caminos, en las escombreras y
terraplenes. Se recolectan las hojas, pero sobre todo las flores. La infusión ayuda en los
casos de graves trastornos abdominales y de la menstruación, tomando 2 tazas al día.
También es un purificante de la sangre, combate el insomnio nervioso y es un remedio
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eficaz contra toda clase de enfermedades de la mujer. Las que padecen continuamente de
afecciones del bajo vientre y las chicas jóvenes deberían de tener esta infusión en gran
estima.
Las flores y hojas de la Ortiga amarilla se utilizan contra males parecidos, sobre todo
contra la retención de orina, los dolores y el escozor al orinar, las graves afecciones de los
riñones y el hidrocardias. Las flores se emplean contra las indigestiones, la escrofulosis y
las erupciones de la piel. En estos casos se bebe una taza por la mañana. Contra las
úlceras y las varices se aplican compresas empapadas con la infusión.
La Ortiga amarilla es un remedio muy indicado contra el espasmo de la vejiga en los
ancianos; asimismo se recomienda en los catarros de la vejiga y en la nefritis. Un baño de
asiento con tisana de esta hierba aporta un gran alivio.
Una mezcla de tisana compuesta de Ortiga amarilla, Galio y Vara de oro, en partes
iguales, actúa favorablemente en los trastornos debidos a la cirrosis renal incurable, en la
purificación de los riñones y en los enfermos sometidos a diálisis (riñón artificial).
MODOS DE PREPARACION
Infusión: Una cucharadita repleta por cada V4 I. de agua; sólo escaldar y reposar
brevemente.
Compresas: Se empapan las compresas en una tisana hecha de tres cucharaditas
colmadas de hierba por cada 1/2 I. de agua; escaldar y reposar un poco.
Baños de asiento: Véase en Generalidades »Baños de asiento«. (Se utiliza toda la
planta).Mezcla de tisana: Ortiga muerta amarilla, Galio y Vara de oro se mezclan en
partes iguales y se prepara una infusión con, una cucharadita repleta de hierba por cada
1/4 I. de agua hirviendo.
Comentarios
vivo en chihuahua mexico. donde la concigo.