Ahorra 5 meses con 1 año de Premium al 35% dto ¡Lo quiero!
POLÍTICA DE POLÍTICOS / POLÍTICOS DE POLÍTICA - Tomo I - Capítulo VI: 'Impulsores de convivencias asociativas' J. Híades

POLÍTICA DE POLÍTICOS / POLÍTICOS DE POLÍTICA - Tomo I - Capítulo VI: 'Impulsores de convivencias asociativas' J. Híades

Audio no disponible. Inténtalo más tarde.
  • Descargar
  • Compartir
  • Me gusta
  • Más
Preparando para la descarga

Preparando audio para descarga.

Escucha patrocinada. El audio empezará en pocos segundos...

Escucha sin anuncios y sin esperas con iVoox Premium

Pruébalo Gratis

X

Descripción de POLÍTICA DE POLÍTICOS / POLÍTICOS DE POLÍTICA - Tomo I - Capítulo VI: 'Impulsores de convivencias asociativas' J. Híades

historia sociología humanidades


Este audio le gusta a: 1 usuarios

  • UNIÓN UNIVERSAL DESARROLLO SOL
  • Ver más

Comentarios

Imágen de usuario
UNIÓN UNIVERSAL DESARROLLO SOL

¿Qué homogeneidad puede generar un cuerpo, como es el pensamiento filosófico político, cuando se naturalizan las divergencias sobre conceptos y significados en justicia, libertad, igualdad, sociedad civil?, ¿quién puede considerarse capacitado para que le pueda decir a alguien, cómo ha de planificarse y cómo vivir mejor su vida; cuando nos encontramos, que esas implicaciones, se encuentran infectas de intereses partidistas? No podemos hablar de la autonomía del individuo, porque no es cierto; se le viene manejando, inculcando determinadas filosofías, para que la construcción de sus planes, se encuentren dentro de unas miras aceptables para el sistema o entidad manipulador. Sí, es cierto, que nos encontramos en la creencia de que al menos, nos queda la capacidad de poseer un pensamiento libre; ¿es eso cierto?, ¿cómo lo podemos tener tan claro, metidos en una red, donde continuamente se nos viene dando toda clase de aditivos, y entre ellas, las propias filosofías políticas? ¿Qué se nos da a elegir para que uno mismo determine?, no es cierto; esa maniobra, hoy día, ya no se cree; por eso, se inventan otras tácticas más sostificadas, especialmente a nivel de la psiquis. La técnica más avasalladora, es hacer creer que lo que nos va a poder hacer más legítimos y justificables, es aprender a desarrollar la razón, como instrumento. Ese volcar nuestra confianza plena en la razón, evitará que desarrollemos otros valores de comprensión; la energía de nuestra inteligencia estará enfocada, casi exclusivamente, en fortificar el sentido de la razón. El verdadero valor de comprensión, inteligencia, sabiduría; irán siendo relegados, por la astucia de la razón. Al final, nos convertiremos en uno más, es decir, poderoso en razones, pero pobres en soluciones correctas y verdaderas. Por ejemplo, el comunitarismo actual, se viene encargando de tener atrapada a la persona, en normas, costumbres, culturas. Cada formación grupal, se encarga de mantener encerrada, bajo llave, la verdadera universalidad del individuo. Y la razón, no titubeará, para que se eternice. Por tanto, el sentido de razón, tiene prisionero a cada individuo, de manera espontánea y participativa, en la frontera de una nación, de una comunidad, de una localidad, de un equipo, de una corriente cultural, de una asociación, etc.; son como cajetines que se van acoplando uno dentro del otro y en el fondo, encontramos a la persona. ¿Dentro de esos tantos límites, que autonomía puede alcanzar? Si es cierto que ese modelo de comunitarismo, en sus muy variadas transformaciones, está para defender incluso, la identidad de cada individuo de su pertinencia; ¿Cómo es que en el vivir cotidiano, se encuentra cada vez más solo y desamparado, teniendo que soportar cargas de indecible opresión?; ¿a quién le interesa tanto grupo y subgrupos, sino al mismo manipulador?; ¿porqué una persona tiene que apuntarse a ningún lugar, para sentirse más protegida y valorada, si en realidad, va a estar más controlada y anulada? Ese argumento comunitarista, donde razona y demuestra, que quienes se encuentran introducidos en su seno, forma parte de un compendio de tradiciones sociales y de culturas, donde jamás podrá encontrarse en la sensación de vacío. Así que integrados en la comunidad, estaremos en manos de un buen gobierno que nos proteja y, lógicamente, tendremos una buena vida. Si vamos articulando ideas y razones, los valores de vida comunitaria, estarán estrechando lazos entre sí, todo por un bien común. Desde esos principios, si cada comunidad, posee unos valores que incluso se forjan dentro de un orden jurídico; ¿porqué pues, nos encontramos ante la realidad de un creciente ritmo de enfrentamientos, con más desórdenes sociales y políticos ?, ¿será que todo ese compendio de formaciones socio políticas, se encuentran basadas en una común hipocresía de intenciones, que al final, la supuesta coexistencia, se ve arruinada, ante pugnas de intereses ocultos?; siendo de esa manera, con qué sanidad se desarrolla la persona dentro de las variadas agrupaciones societales a las que se va registrando. Vuelvo de nuevo a algo que nos pasa y no se le presta la atención de estudio que requiere de manera adecuada; como es, ¿Qué se puede llegar a lograr de manera y fines sanos, si los inicios de su construcción, ya presenta deficiencias claras, con planteamientos falsos y de intenciones opuestas, incluso, a los principios con los se registra dicha formación? La carta magna sobre los derechos humanos, como algo a destacar, presenta esa doble moral y deformada imagen; exactamente, sus intenciones son opuestas, a la realidad con la que se proyecta; creo que es principal origen, del porqué, aún, no se han cumplido ninguno de sus preceptos o tratados. Pues así, de esa manera, todas y cada una de las formaciones grupales que son empujadas a su creación. ¿Porqué la caída de valores?, sencillamente porque todo se ha metido en el mismo paquete de comercialización, incluida la propia persona. ¿Por qué no se es feliz, con esa montaña de ingeniosos inventos que procuran dar comodidad a las personas?; porque a la persona se le cría dentro de un escaparate lleno de fantasías que nada tienen que ver con la vida; se le emborracha con conceptos fuera de sí, se le engatusa con el espejo, a cambio de sus valores reales, incluso, a cambio de su vida misma. Usted puede tener mucho más de lo que posee; si se nos ocurre decir que lo que poseemos, es suficiente para vivir tranquilamente; nos callarán la boca, con frases moralistas como que, al menos, sea por el bien de sus hijos y de sus nietos. Hoy día, no hace falta esa oratoria, porque la ciudad, primero y lo rural después, han sido tragados por la impositora corriente industrial. ¿Quién promueve la multiculturalidad en éstas sociedades modernas?; exactamente, la misma corriente que logró arrancar a las familias de su libertad y autosuficiencia. Cuando al estado se le hace la encerrona de que debe estar en un terreno neutral, y así, el ciudadano soberano, pueda llevar a cabo sus propios proyectos en la vida; tenemos que al final, no solamente se hace neutral, sino que se desliga de tal manera, que se convierte en un perseguidor, a ultranza, de las muchas imposiciones fiscales que se le va imponiendo a la persona. Tú tienes, como contribuyen, que respetar los principios de convivencia democrática; así encontramos otro método donde cebarse contra la persona; cuando la realidad se encuentra, que el incumplimiento, de ese juego democrático, viene de la mano de los mismo que se determinan como interventores. No puede imponerse una neutralidad al estado; insisto, ¿para qué lo queremos entonces?; le obligamos a que imponga unas diferencias, que al final nos dividen, nos desune, nos deshumaniza. La humanidad es una, con sus muchas diferenciaciones, pero sigue siendo una; ¿por qué no se desarrolla una cultura común, donde se generen unos sentimientos de confianza y lealtad, que promuevan a su vez, unos lazos de colaboración y solidaridad, en vez de sembrar ideologías incompatibles con los valores del ciudadano común? Saludos desde www.universalproyecto.org y www.escuelaabierta.eu desde UNIVERSAL GLOBAL DE EDICIONES -En audio, también para divulgar---https://www.ivoox.com/escuchar-juan-galan_nq_190805_1.html

Imágen de usuario