Me ha conmovido la noticia de la muerte de Concha García Campoy. Han emergido en mi memoria inconsciente viejos recuerdos, antiguas emociones y complejas sensaciones que han pujado por salir apresuradas, desbordando mi presente con esos recuerdos del pasado.
Debe ser real que todo es ahora y aquí. Y que no hay pasado ni futuro, más bien un constante y escurridizo presente.
En este ahora que todo lo abarca he recordado aquella voz profunda y misteriosa del Dr. Fernando Jiménez del Oso, el que fue para mí un ser entrañable y bonachón, un espíritu sabio e inquisidor del misterio, de lo insondable, sin perder la mente científica: él nunca caía en el error de negar el misterio simplemente por que se desconociera en esos momentos la naturaleza del fenómeno investigado.
Sí, la noticia de la muerte de Concha me ha traslado, de repente, del ahora y mis circunstancias, a aquella época en que compartía momentos, emociones, amistad y experiencias con mi querido amigo Fernando.
De repente me he vuelto a sentir, como hace muchos años, en los estudios de Onda Cero de Logroño, serían las tres de la madrugada...
Allí colaboraba en un programa de radio. Al otro lado, a través de los cascos, me llegaba la voz de tan extraordinaria comunicadora y excelente mujer, la Señora de las Ondas Radiofónicas, Concha Garcia Campoy. Al final de este texto podéis escuchar uno de aquellos programas.
En aquella época compartí con ella y con Fernando seis programas sobre la hipnosis y la regresión.
¡Qué queréis que os diga, amigos, me ha emocionado y el corazón me late un poquito más de prisa!
Vaya para vosotros, Fernando y Concha, seres maravillosos que tuve el placer y honor de conocer en mi presente existencia, un abrazo desde el único lugar eterno y que lo abarca todo: un mágico presente.
Desde el alma, desde lo eterno, estéis donde estéis, queridos amigos Fernando y Concha, por fin habéis conocido esa respuesta al misterio sobre la que tantas veces hablásteis conmigo.
Esperadme un poquito, sobre todo tú, Fernando.
¿Te acuerdas? Unos meses antes de emprender ese eterno viaje, me pediste:
- Horacio quiero que trabajemos muy seriamente sobre regresiones, tengo verdadera necesidad de explorar.
- Cuando tú quieras Fernando -te contesté-.
- No, Horacio, ahora va en serio.
Aquel día, en su despacho de la Editorial América Ibérica en Madrid, no me di cuenta de la trascendencia de aquella petición. Ahora sí. Probablemente esa necesidad de explorar en vidas anteriores venía dada por el conocimiento de que su vida física llegaba a su fin.
Seis meses después mi querido amigo Fernando subió al navío que surca inexorablemente el tiempo y el espacio, por esos océanos de la eternidad.
Quién sabe... tal vez nos volvamos a encontrar, en algún puerto donde desembarquemos de nuevo para darnos un fraternal abrazo.
Ahora, que suerte para ti, Fernando, te verás quizá con esa extraordinaria mujer, Concha Garcia Campoy. Quién sabe si concertando una nueva aventura para seguir compartiendo en las ondas radiofónicas. Dejadme un mapa, por si acaso.
Desde el corazón, gracias por haberme dado la oportunidad de conoceros. He sido muy afortunado.
Comentarios
Hola Fernando: Compartimos esos sentimientos y estoy de acuerdo en lo que transmites, somos algo más que un simple cuerpo y cerebro... Entre todos hacemos camino, dejamos un sendero para que otros lo encuentren un poco mas transitable. Gracias a ti por compartir. Un abrazo amigo.
Gracias por tu buen hacer. A mi también me ha emocionado la muerte de Concha , como me emocionó, en su momento la de Fernando, a quién siempre admiré, siendo niño no me perdía ni uno de sus programas (ahora tengo 48 años). He dicho emocionado, que no entristecido, si acaso no más alla de la tristeza que sientes al despedir a un ser querido que parte de viaje , a un lugar lejano, pero a quien sabes, con certeza, que volverás a ver. Creo que nuestro cuerpo físico, nuestro cerebro en concreto, no es más que un interfaz entre la existencia dimensional que llamamos realidad y la existencia adimensional que llamamos espíritualidad, estoy convencido que algún día la "ciencia" demostrará esto. Un abrazo y gracias otra vez.