Nos da seguridad que nos digan que algo ha sido probado científicamente o que nos den la razón… pero todas esas seguridades ¿hasta qué punto son estables o son una ilusión que puede romperse en cualquier momento? ¿Cómo podemos estar seguros de lo que consideramos cierto? ¿Y hasta qué punto es esolo que nos hace felices, esa garantía de certeza y seguridad en la vida? La cuestión sobre “qué es lo real” ha entroncado la Historia de Filosofía, es algo que preocupa mucho a los filósofos, pero que también nos preocupa a muchos en el día a día; si realmente estamos viendo las cosas como son o nos las estamos imaginando; ese salto entre el sueño y la vigilia, la cordura o la locura… si nos engañan los sentidos o realmente vemos las cosas como son. El propio debate que hubo hace unas semanas sobre el color del famoso vestido, ya es significativo que si este tema se convierte en trending topic es que sigue habiendo una preocupación en la sociedad acerca de qué es la realidad y qué percibimos nosotros. ¿Qué pasaría si te despiertas una mañana y en vez de estar en tu habitación como de costumbre, te encontrases en un palacio, en una cárcel o en un país extranjero… en cualquier lugar distinto? ¿Cómo te sentirías? ¿Qué pensamientos te vendrían a la cabeza? ¿Qué preguntas te harías en ese momento? Pues esto es lo que llevó a Segismundo, el protagonista de la obra teatral “La vida es sueño”, a decir esto: Es verdad, pues: reprimamos esta fiera condición, esta furia, esta ambición, por si alguna vez soñamos. Y sí haremos, pues estamos en mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña, que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar. Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando; y este aplauso, que recibe prestado, en el viento escribe y en cenizas le convierte la muerte (¡desdicha fuerte!): ¡que hay quien intente reinar viendo que ha de despertar en el sueño de la muerte! Sueña el rico en su riqueza, que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende. Yo sueño que estoy aquí, de estas prisiones cargado; y soñé que en otro estado más lisonjero me vi. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. (Escucha la locución de este fragmento realizada por Jesús Ranchal Sirvent para el Podcast del Pozo de Tales) Calderón de la Barca, además de un gran dramaturgo, poeta y escritor, era un verdadero filósofo, que abordó con gran maestría en ésta y otras obras uno de los temas más importantes de la Historia del pensamiento: si los sentidos nos engañan o no; si la verdad existe; si podemos conocerla; si la capacidad que tenemos de interpretar la realidad hace que no podamos fiarnos de nuestro punto de vista; si el hecho de que algunos vean el vestido de un color y otros de otro implica que tenemos posturas inconciliables y que cuando apuntamos a la noción de blanco, cada uno habla de una cosa distinta… Hay muchas posturas filosóficas diferentes con respecto a la verdad: realismo, racionalismo, idealismo, materialismo, nihilismo, perspectivismo… Pero hoy me voy a centrar sólo en dos extremos sobre este tema: el escepticismo y el absolutismo. Los escépticos pensaban que no existe la verdad, y en caso de que exista, no podemos conocerla; y en caso de que podamos conocerla, no podemos explicarla. La postura absolutista cree que la verdad existe, es absoluta y universal y se puede poseer en absoluto Curiosidades científicas al respecto a la ilusión de los sentidos y la percepción Científicamente ha sido probado que tenemos lo que se llama un punto ciego; es decir, que cuando percibimos con la vista, hay una parte que no vemos y el cerebro se la inventa. Resulta que la parte del ojo por donde sale el nervio óptico no tiene fotorreceptores, y en ese punto exacto no vemos nada, y por tanto se forma una laguna vacía, que el cerebro completa con el resto de la información visual que recibe, gracias a que vemos con dos ojos y tienen perspectivas diferentes cada uno de los dos ojos. Oliver Sacks, el psiquiatra y neurólogo estadounidense que recientemente publicó una carta de despedida, al saber que tiene un cáncer terminal (podéis leer aquí la carta de Sacks) escribió hace muchos años un libro que siempre encontré fascinante e inquietante al mismo tiempo: “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”; un ensayo novelado en el que explica una recopilación de casos curiosos sobre la percepción que se fue encontrando en su actividad profesional. La verdad te deja los pies fríos… “La verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos, la estiras, la extiendes pero nunca es suficiente. La sacudes, le das patadas pero desde que llegamos llorando a que nos vamos muriendo, solo nos cubre la cara mientras gemimos, lloramos y gritamos.” (fragmento de “El Club de los Poetas Muertos”) ¿No será que lo que nos hace gemir y llorar no es la vida, sino nuestra necesidad imperiosa, nuestro empeño insaciable, nuestro esfuerzo estéril, de querer alcanzar “la verdad”, de tener razón, de saber que estamos en lo cierto y no nos equivocamos? ¿No será que no soportamos aceptar que el control es una ilusión? De ignorantes convencidos a expertos en potencia ¿Qué es peor? ¿Entender algo mal o no entenderlo? Entenderlo mal, porque pasamos a no entenderlo y creer que sí lo hacemos. En cambio si no entendemos una cosa, somos expertos en potencia, aún estamos a tiempo de saber, y con más predisposición. ¿Entonces, si tenemos claro que es peor entender mal que no entender, por qué muchas veces elegimos entender mal? Tenemos la tendencia a sentirnos incómodos cuando hay lagunas en nuestro conocimiento, así que llenamos esos huecos de información con mil teorías. El problema es que acabamos por olvidar qué era lo que realmente sabíamos, y qué es lo que nos hemos inventado. Y también el problema es que derrochamos energía mental que podríamos emplear en cosas útiles o enriquecedoras, cosas que nos harían más felices. “Sólo sé que no sé nada” Sócrates Decía Bertrand Russell que “en todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado por seguras“. En este sentido, la duda nos permite desarrollar el sentido crítico, cuestionarnos el “statu quo“, y ampliar horizontes, con nuevas perspectivas, más aprendizaje y más libertad. “Es de importancia para quien desee alcanzar una certeza en su investigación, el saber dudar a tiempo” Aristóteles Ahora bien, la duda tiene únicamente esa función provisional de ayudarnos a salir de la zona de confort y cuestionarnos, pero como bien dice Russell, “de vez en cuando” es suficiente, y si se prolonga demasiado o se le da mucha atención, esto repercutirá en que uno deje de avanzar, por el conocido “análisis-parálisis“. Y es entonces cuando nuestros pensamientos de “podría ser”, o de “y si fuera…” nos impiden avanzar en lo que es, y nos desconectan de la acción, de la posibilidad de aceptar y avanzar sobre lo que hay. Navegar en un mar de infinitas posibilidades es una experiencia que nos abre horizontes y enriquece, pero si no somos capaces de elegir un puerto pronto, naufragaremos y nos perderemos la riqueza de la tierra. “Sus ojos se han puesto hacia su fuerza, no a su debilidad; en adelante, despertará por la mañana pensando en las formas de hacer las cosas, en vez de razonar las causas por las que no pueden ser hechas”. William Dansforth Tan o más necesario que dudar, por tanto, es ELEGIR. La duda es útil si está al servicio de la libertad, de la elección, pues si no nuestra libertad desaparece, y lo que nos queda es un sueño de libertad jamás ejercida con nada.Y esto no significa en absoluto conformarse. Pues uno puede, igual que hacen los científicos, tener algo como verdad provisional, y mientras tanto seguir investigando, seguir creciendo, seguir aprendiendo. No hay hombre más infeliz que aquel para quien la indecisión se ha hecho costumbre. – See more at: http://www.citasyproverbios.com/citas.aspx?tema=Duda#sthash.whtWEfWh.dpuf “No hay hombre más infeliz que aquel para quien la indecisión se ha hecho costumbre” Heinrich Heine Al final siempre se trata de un arte, el arte de ser felices, que pasa por un equilibrado y difícil punto medio que nos da la excelencia. Relativizar lo suficiente como para relativizarnos a nosotros mismos y considerar la posibilidad de estar viendo una ilusión, y lo suficientemente poco como para aceptar la posibilidad de que haya algo más allá de dicha relatividad, aun cuando no lo podamos conocer o afirmar con certeza. - Agradecimientos especiales en este Podcast a Jesús Ranchal Sirvent, por aportar su fantástica locución al Pozo de Tales. Podéis darle a Me gusta a su Página de Facebook como locutor para estar al día de las cosas que vaya publicando. - PELÍCULA RECOMENDADA El Club de los Poetas Muertos LECTURA RECOMENDADA “La vida es sueño” Calderón de la Barca AUTORES O FILÓSOFOS MENCIONADOS EN EL PODCAST Pirrón Aristóteles Hume CRÉDITOS MUSICALES DEL PODCAST EL POZO DE TALES (música libre de derechos extraída de Musopen.org) Dos leyendas, segunda parte de la Predicación a los pájaros de san Francisco de Asís, de Franz Liszt Sonatina in C, Op. 36 no. 1, de Muzio Clementi Sonata para piano a cuatro manos en C mayor, por W.A.Mozart Semper Fidelis, de John Philip Sousa Variations on a french nursery theme K 265 Mozart - LOCUTOR/VOZ del texto de “La vida es sueño” de Calderón de la Barca: Jesús Ranchal Sirvent IMAGEN: Beatriz Ariza (autora de este blog) - Llévate el Podcast a iTunes para escucharlo todas las semanas Escucha el Podcast en iVoox o en la App de iVoox para móviles - ¡DIFUNDE EN LAS REDES SOCIALES SI CREES QUE ESTE ARTÍCULO HA MERECIDO LA PENA! MUCHAS GRACIAS La entrada Realidad e ilusión; ser feliz o tener razón aparece primero en FiloCoaching.
Comentarios
No os había oído hasta hoy y debo decir que me ha interesado mucho. Ah, y la música maravillosa
Sebastián, me alegra que te gusten los podcasts! Tiene mucho sentido lo que dices de la influencia oriental en la Grecia clásica, y es que probablemente no somos conscientes de hasta qué punto nos hemos influido unos a otros, aunque cabe preguntarse también si hay alguna otra razón que no sea histórica y le lleve al ser humano a crear o descubrir esos conceptos, como ataraxia o epojé... Muchas gracias por tu comentario! Beatriz
Hola Beatriz, gracias por compartir estos programas, son geniales! Escuchando éste, me he quedado pensando si pudo haber influido las filosofías orientales en las griegas, ya que he leído que Pirron formó parte de las travesías de Alejandro por oriente. Sobre todo en los conceptos de ataraxia y epoje. Te dejo el comentario a ver que opinas. Saludos!!
Gracias por el comentario, estoy totalmente de acuerdo con tu crítica, y gracias por decirlo! Espero que sigas escuchando los siguientes y te gusten más!
Demasiada musica, el resto bien.
:D genial! muchas gracias por comentar y me alegra que me escuches y te guste el Podcast!
Gracias Beatriz por compartir tu trabajo y tu tiempo. Te escucho casi siempre. El trocito del Club de los poetas muertos.....fantástico !! ha hecho que votará de la silla...jijiji.
Muchas gracias de nuevo por tus amables palabras, que siempre animan a seguir, y un abrazo desde Barcelona!
Saludos querida Beatriz. Como siempre es un placer exquisito escuchar tus audios. Gracias por todo y está de más decirte que siempre espero con ansias cada uno de ellos. Un abrazo desde Puerto Rico.
Como el personaje del Club de los poetas muertos, a mí este podcast me ha dejado los pies fríos... ;) pero es estupendo que os haya gustado, muchas gracias por el comentario! Feliz Semana Santa!