“Quien sólo vive para los bienes materiales, quien sacrifica toda virtud con el fin de adqui-rir lo imperdurable, morirá en vida, encontrará que le falta el aliento y, sin embargo, rehu-sará pensar en la muerte hasta que le llegue el llamado”. [CE]
La tuberculosis, específicamente, es “el resultado del mal empleo de la energía del Segun-do Rayo”, la energía constructora del amor-sabiduría que las naciones deberían estar utili-zando para crear el nuevo organismo mundial a la luz del principio crístico. Pero si bien se lograron progresos en el período inmediato después de 1945, las tensiones internacionales volvieron a aumentar y el estrecho margen de escape a la destrucción mundial en el apo-geo de la Guerra Fría debería haber sido una lección saludable para la humanidad. En cam-bio, una oportunidad significativa para reanudar la construcción de un “organismo de las naciones unidas” se volvió a desperdiciar tras el colapso del Muro de Berlín en 1989. En palabras del estratega diplomático Torgeir E. Fjærtoft:
“Estuve allí al final de la Guerra Fría en 1989, cuando una visión de la seguridad común me-diante una gobernanza mundial parecía estar al alcance de la diplomacia multilateral en las Naciones Unidas. Entonces observé con creciente temor cómo Occidente, liderado por Es-tados Unidos, socavó la aclamación prácticamente universal del Proyecto Normativo Occi-dental y el poder pasó del multilateralismo al poder y la coerción unilaterales... Mi expe-riencia en la diplomacia multilateral dentro de las Naciones Unidas es que para persuadir, se invoca para evocar. Eso significa que para que una idea funcione, debe tener un fuerte atractivo. La redacción específica de los principios y códigos de las Naciones Unidas en un momento dado, no son más que las apariencias en evolución de una idea subyacente. Esta idea, no las apariencias en evolución, es la referencia con la que se relacionan los estados miembros.”
En la oscuridad de las crisis mundiales, las ideas irradian un brillante contraste y ejercen su más potente atractivo. La pandemia ha reavivado la visión de la unidad mundial y esta tiene que ser aprovechada, no permitiendo que los espejismos de la riqueza y el estatus la desvíen y la destruyan una vez más. Ahora es el momento para que el germen de la Luz de Cristo crezca vigorosamente hacia la síntesis internacional.
“… permítanme recordarles que no escribo con espíritu de pesimismo alguno, sino desde el punto de vista de una fe inalterable en la gloria del espíritu humano; escribo con una firme convicción de que el alma del hombre surgirá y por último triunfará sobre todos los defectos transitorios y las circunstancias transitorias.”
Hombres y mujeres en todas partes están trabajando por el mejoramiento individual; en cada nación hay grupos similarmente motivados; el impulso de avanzar en una mayor belleza de expresión, de carácter y de condiciones de vida, es la eterna característica so-bresaliente del género humano...”
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“Lo que es verdad en el caso del hombre individual es eternamente verdad en el caso de las naciones y también para ellas se predice la misma esperanza de iluminación y de futu-ro, el triunfo espiritual y la gloria.”
[Bibliografía: – Curación Esotérica y la edición revisada de la primera edición en inglés de AAB completa de Los Problemas de la Humanidad (de los libros de Alice A. Bailey por Fundación Lucis)]. www.lucis.org. – Torgeir E. Fjærtoft, From the Fall of the Berlin Wall to the Fall of Aleppo. The Decline of Global Governance – and How to Restore it. Wiley Online Library. – https://www.lucistrust.org/es/arcane_school/talks_and_articles/an_esoteric_reflection_on_the_pandemic
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17.06.21
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