Ruperto Concha, 9 de junio de 2019

Descripción de Ruperto Concha, 9 de junio de 2019

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Anónimo
Mié, 12/06/19 21:17

Hola Todo objeto de atención y estudio se realiza desde un mismo lugar, el pensar. El soberano es director y responsable de la función del pensamiento y con el dominio de discernir sobre el contenido de su memoria sensitiva, entonces, simultáneamente es soberano de su cuerpo y responsable de administrar los alimentos físicos y mentales que necesesite. El pensar bien es estar comunicado, es relacionarse bien, es ordenarse, es vivir bien en comunidad. Cualquier interferncia desordena el orden interno y consecuentemente el orden externo. El pensar procesa movimientos de energía básica lógica-sensible, se piensa y se siente en un mismo tiempo. el sentir es siempre verdadero, por el contrario la lógica puede ser totalmente mal interpretada, aunque la señal sensitiva de negatividad percibida es la alarma de verificación de la mala lógica. El formato mental posee bases lógicas fundates que funcionan exponencialmente llevando consigo la carga de verdad o contradicción, y esta lógica contradictoria es la entrópica que es sostenida por la impresión energética del miedo a la muerte. La percepción interpretada del entropismo posee la característica de no simultaneidad, de pérdida de energía, degradación, separación, fragmentación y destrucción. Al ser una lógica fundate y como elemento de información en la empatía que todo el mundo debe tener para estar comunicados, actúa en la conducta de manera activa o pasiva, llevando siempre la semilla de posibilidad en cualquier orden transformando la hu,amidad en un objeto manipulable quedando el valor en elementos no humanos, que todo el mundo busca poseer para restituír su desvalor y así estar comunicados y relacionados, protegidos en el grupo. Esto es una semicomunicación, una semi consciencia con la realidad. La correcta interpretación del entropismo es la transformación, mediante las posibilidades que se dan desde sus estados, en la secuencia lógica de movimiento del inicio-desarrollo-fin como medida de temporalidad en lo denso. Que algo tenga fin significa que se puede definir una nueva trayectoria en cualquier instante, esto queda verificado en la atención y la velocidad del pensamiento en donde el inicio es un fin en si mismo, en donde el eco de ilusión de respuesta es constituído por el contenido contradictorio que estira el tiempo hasta la muerte como la única verdad del cambio de trayectoria. El soberano percibe esta lógica fundante y penetra en las proyecciones de futuro aportada por las referencias en la memoria. La velocidad del pensar es instantánea por lo tanto el no discernimiento en el impulso pregunta-respuesta nos hace presa de nuestro contenido lógico contradictorio, en donde el yo se asume desde allí como la totalidad del ser, protegiéndo su información para no desaparecer. El Yo soberano es el nosotros, por eso se ven todos los hilos, ya desnudos solo quedan los hechos y el resto solo es materia prima creativa desde los lenguajes puros del arte, de las matemáticas, de la física de todos los constituídos desde los sentidos humanos que comunican sin interferncias. Desde este estado es más preciso la reprogramación de patrones con el sistema subconsciente, que es el refinamiento físico y mecánico de la mente-cuerpo.

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