En el medio de todo lo que titulamos, el Colegio de Arbitros de la Organización del Fútbol del Interior, encargado de las designaciones, hace malabarismos para conformar a todos: dirigentes, jueces independientes y agremiados en la discutida AIAF. Y el fútbol chacarero sufre presiones, a cada segundo. Y recibe visitas inesperadas de árbitros, que primero sugieren, después aceptan invitaciones personales, después piden y finalmente poco menos que exigen a sus pares -por ejemplo. hacer otro gremio, y allí se duda de los árbitros. Quizá no de su honradez, pero sí de su capacidad. Esto de que se juzgue a los jueces, y de jueces contra jueces, no es nuevo en el fútbol uruguayo. Y no deja de ser preocupante, por más veces que suceda. A tal punto: que hoy cada consejero de la OFI, tiene algunos árbitros que no desea que estén a la orden de la organización. Claro, enseguida lo negarán, pondrán cara de distraídos cuando se les mencione el tema, pero es así.
Por eso es prudente no creer demasiado en las palabras, ya que los dirigentes van a la OFI y hacen reuniones en las que juegan con los nombres de los árbitros y
hasta de los consejeros como si fueran títeres. Este sí, este no, vos sí, vos no.
El arbitraje del interior, como nunca se desnudó: vive cuestionado. Hasta sospechado. Así están hoy los árbitros del fútbol del interior de Uruguay.
Por eso hay historias que merecen ser contadas, relatos (audios) que ayudan a comprender mejor las verdades, las conclusiones, esos hechos que siempre son
definitivos.`
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