Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Hola! Lo primero: muchas gracias, Irene, por compartir tu sabiduría como profesional de la psicología. Lo segundo, compartir mi experiencia por si ayuda con respecto al tema mencionado de poder ir a un concierto e incluso disfrutarlo. Llevo años llendo a conciertos y festivales, pues la música que escucho me apasiona. Siempre me sucedía que me agobiaba mucho la gente, el sonido no me molestaba tanto ( sabía a lo que iba y estaba más asumido o si no, unos tapones o cascos) y los focos fuertes cuando los daban repentinamente, me hacían tener q retirar la mirada. Mucho más tarde descubrí que era PAS y todo encajó. Sin embargo, me sorprendió ver que siempre me había apasionado y me seguía apasionando ir a conciertos con todos los estímulos que hay. Me di cuenta que el estímulo del disfrute por la música, estar rodeada de gente con la misma pasión que bota, canta, agita sus brazos y cabezas... esto me invadía de emoción positiva, tanto que a veces he llorado de la emoción tan fuerte que sentía. Como un chute de adrenalina. Así que, encontrar un estímulo mucho más positivo que el estímulo negativo que tiene (tanta gente, tanto ruido, tantas luces) a mí me ha ayudado siempre a darle la vuelta a la tortilla. Tal vez así uno pueda disfrutar a lo grande de aquello que a priori parece el infierno para un PAS. Por si sirve de ayuda. Un saludo.